Brújula Digital|14|06|25|
José Pinelo
¿El actual sistema político genera confianza para concretar las elecciones del 17 de agosto? ¿La población se siente segura con las instituciones estatales?
¿Este sistema y sus instituciones tienen la seguridad de lograr elecciones nacionales el 17 de agosto y presentar resultados en el tiempo que fije la ley y luego de segunda vuelta llegar a la transmisión de mando en noviembre?
¿Para ese entonces se habrá solucionado la crisis económica y Evo Morales habrá decidido arriar banderas y aceptar ese resultado?
En el contexto actual, la población está alejada del sistema político. ¿Conocemos a los candidatos a senadores y diputados que nos representaron los últimos cinco años? ¿Conocemos a los nuevos en las nuevas siglas?
¿Cuál fue el papel de la Asamblea para fortalecer el Estado Plurinacional? ¿Por qué el gobierno se ahoga en crisis política y económica?
¿Qué pasa con el Sistema Judicial? ¿Por qué no se eligieron a todos los jueces y cuál es la razón por la que hoy convivan unos que no fueron elegidos con otros que sí lo fueron?
¿El órgano Electoral tiene la suficiente fuerza para administrar las elecciones? ¿La población confía en sus decisiones luego de ver cómo jueces armaron procesos que no pudieron ser revertidos o administrados por sus miembros?
¿Es posible asegurar el OEP administró el sistema de normas que los obligaba a revisar desde estatutos hasta personerías?
¿Existe verdadera separación entre los poderes de Estado?
No acuso. Pongo preguntas sobre la mesa de la historia puesto que ninguna de éstas puede ser respondidas positivamente, no por nuestros representantes, sino por nuestra población.
¿Es lo que tenemos y así llegaremos al Bicentenario de la Patria?
Y además, en este grado de fragilidad del sistema político y de nuestras instituciones estatales Evo quiere volver a ser Presidente.
Su esquema es concreto. No habrá elecciones o éstas serán invalidadas por la cantidad de mesas que no funcionarán y luego de la renuncia del Presidente Arce (o antes) se volverá a convocar elecciones en la que su partido será admitido y luego su candidatura habilitada.
Es decir, Bolivia será testigo de bloqueos y movilizaciones durante los próximos 67 días. Esto se detendría si el Presidente Arce renuncia, luego quien esté dispuesto a sucederlo asume y habilita a Morales para las próximas elecciones. ¿Cuándo serían?
En ese tiempo no se habrá solucionado la crisis económica y la desconfianza popular habrá alcanzado niveles de beligerancia pocas veces vista, en todo el país.
Por ello, ¿tienen las instituciones estatales y los partidos políticos capacidad y fortaleza suficiente como para asegurar que lo que se decidió en la reciente cumbre política convocada por el TSE?
¿O se aceptarán en los próximos días las condiciones de Evo, se lo habilitará y luego volveremos a votar?
Estoy convencido que las decisiones de la cumbre política no serán exitosas. La fragilidad del sistema está exacerbada por la crisis económica y no bastarán gases o balas para impedir que quienes buscan muerte y dolor como condición para enarbolar sus banderas de triunfo, logren sus objetivos.
¿Escucharán los pueblos las voces de tribunos del sistema judicial? ¿Aceptarán las decisiones de quienes hoy son parte del Tribunal Constitucional? ¿Se dejará de acosar al Tribunal Electoral?
Es indudable que las movilizaciones populares urbanas y rurales tienen en la crisis económica su explicación más contundente, pero, sin embargo, está muy claro: Evo las utiliza para sus objetivos de poder.
¿Llegará más violencia? ¿Violencia racista? El delito no es ser indio o aymara o quechua, el delito es ser racista y muchos voceros de Evo lo cometen.
¿No hay salidas?
Existe una y es el voto popular expresado el 21 de febrero de 2016. ¿Recuerdan? Se lo convocó para aprobar o rechazar el proyecto de modificación constitucional para permitir al Presidente o Vicepresidente postularse para ser reelectos en una elección.
Yo voté NO. Y triunfé junto con 2,6 millones que dijimos NO. Evo logró 2,5 millones de votos. Hoy él sostiene que en una de sus últimas movilizaciones sobre La Paz marcharon cuatro millones de personas.
¡Vayamos a un nuevo referéndum! Preguntemos a nuestra población si un Presidente puede o no volver a presentarse de manera continua o discontinua dos veces seguidas. ¿Cuántos años en el poder ya tuvo Evo?
No creo que haya elecciones, no creo que el actual sistema político boliviano pueda enfrentar –en las puertas del Bicentenario– un proceso de esta magnitud. Por ello, vayamos a un nuevo referéndum.
Si gana Evo, se lo habilita. Si pierde, Bolivia triunfa nuevamente y sigue forjando su destino confiando en su futuro.