Eduardo Torrecillas, presidente de la Asociación Nacional de Minería Mediana subrayó que el 57% de las exportaciones bolivianas provienen del sector y llamó a fortalecer la colaboración entre Estado, empresas y cooperativas
Panorama|07|11|25|
La minería es parte esencial de la identidad boliviana y motor clave para la recuperación económica del país. Así lo afirmó Eduardo Torrecillas, presidente de la Asociación Nacional de Minería Mediana (ANMM) y presidente ejecutivo de Sinchi Wayra SA, durante su participación en el foro Visión Bolivia 2025, donde destacó que el 57% de las exportaciones nacionales proviene de esta actividad productiva.
“Bolivia es un país minero y va a seguir siéndolo. La minería representa más de la mitad de las exportaciones del país y es el conducto que puede reactivar la economía nacional”, sostuvo. Torrecillas resaltó que el potencial del sector es enorme, con un valor exportado que ronda los 5 mil millones de dólares, aunque lamentó que en los últimos 20 años no se hayan impulsado nuevos emprendimientos mineros.
El ejecutivo insistió en la necesidad de atraer inversiones con reglas claras y sostenibles, garantizando la seguridad jurídica y promoviendo la colaboración entre los tres actores del sector: Estado, empresas privadas y cooperativas. “Es fundamental trabajar juntos y eliminar las restricciones que hoy impiden al sector privado transferir tecnología y buenas prácticas a las cooperativas. Esto limita la productividad y el crecimiento del país”, afirmó.
Torrecillas también celebró el mensaje presidencial de apertura a la inversión minera, al que calificó como “un aire fresco para la industria”. Aseguró que esa señal política es el primer paso para restablecer la confianza, atraer capitales internacionales e incrementar gradualmente la producción y las exportaciones.
“Es el mensaje que esperábamos desde hace dos décadas. Si logramos consolidar la seguridad jurídica y la colaboración entre todos los actores, Bolivia puede volver a ocupar un lugar protagónico en la minería mundial”, aseveró.
“El sector privado formal es el que mantiene viva la producción, el empleo y la generación de divisas en el país”, concluyó Torrecillas.
Posteriormente, Javier Díez de Medina, vicepresidente corporativo de Minera San Cristóbal (MSC), y vicepresidente de la ANMM hizo énfasis en la transformación de la minería boliviana durante las últimas décadas. Afirmó que el sector ya no es el de antaño, sino que hoy opera con tecnología de alto nivel, procesos de seguridad y eficiencia, y con capital humano local altamente capacitado.
“Bolivia es, fue y será un país minero”, dijo al destacar que durante décadas Bolivia ha generado grandes capacidades técnicas y humanas. Las empresas líderes del país aplican estándares internacionales en toda su cadena productiva. Señaló que “hay profesionales y técnicos de altísima calidad y Métodos ‘made in Bolivia’ de calidad mundial”. Y ello se constituye en otro de los acervos de la minería boliviana que podría ayudar a mecanismos efectivos de transferencia de estándares y buenas prácticas al sector cooperativista para que la producción nacional se duplique en los próximos 2 años sin requerir grandes inversiones adicionales.