Panorama|09|10|25|
El Congreso DeepTech 2025 marcó un punto de inflexión en el diálogo entre la academia, la industria y la cooperación internacional sobre el futuro científico y tecnológico de Bolivia.
Organizado en el marco del Programa Interuniversitarios INGNOVATEC Bicentenario 2025, el evento reunió a la UMSA, la UCB, la UPB y la EMI, junto a aliados estratégicos como la Cámara Nacional de Industrias, Fundación Maya, Visión Mundial, Solidar Suiza y la Embajada del Japón.
El objetivo central fue trazar la hoja de ruta para crear un ecosistema DeepTech en el país y sentar las bases para la construcción del Parque de Innovación Tecnológico San Andrés, que pueda ayudar a mejorar el conocimiento científico en innovación aplicada y generar impacto económico y social. Inspirado en modelos como India, Corea del Sur y Singapur, el Congreso buscó sentar las bases para una economía basada en conocimiento, ciencia y tecnología profunda.
Durante las jornadas del Congreso, estudiantes, docentes, investigadores y emprendedores compartieron ideas sobre cómo Bolivia puede pasar de ser exportadora de materias primas a productora de conocimiento y soluciones tecnológicas. Las conferencias magistrales y los talleres tecnológicos destacaron la urgencia de invertir en talento, ciencia aplicada y colaboración público-privada.
El expositor chileno Ramón Heredia propuso la metodología de los “Espacios Vacíos” para identificar oportunidades tecnológicas a partir de recursos subutilizados, invitando a las universidades a “convertir conocimiento en negocios innovadores”.
Francisco Antonio López Román, especialista en neurociencia y ciencia de datos, habló de la mutación tecnológica a través de su propuesta MUTAGENUS, que combina inteligencia artificial, datos y neurociencia como motores del futuro.
Por su parte, el investigador boliviano Beto Saavedra planteó Bolivia como Nación DeepTech puede desarrollar ventajas en biotecnología, medicina de altura y biomarcadores, siempre que se construya una estrategia con cinco ejes: políticas modernas, formación de talento, inversión de riesgo, aceleración tecnológica y colaboración con la diáspora científica.
El evento también contó con la participación de Mauricio Javier Grisolia, del fondo argentino CITES, quien explicó cómo el venture capital especializado puede ayudar a que la investigación universitaria cruce el llamado “valle de la muerte” y llegue al mercado.
Un momento importante del Congreso fue la participación de Juan Pablo Velasco (candidato vicepresidencial) quien anunció que, para apoyar el nacimiento de un país DeepTech, será importante la digitalización del estado, crear un fondo de capital semilla y mejorar la infraestructura y generar la seguridad jurídica para alentar la inversión.
El Congreso DeepTech 2025 consolidó la idea de que Bolivia posee el talento y los recursos necesarios para entrar a la economía del conocimiento, siempre que logre articular políticas públicas, capital humano e inversión privada. La Nación DeepTech no es una utopía, sino una meta alcanzable si el país decide apostar por su mayor activo: el talento boliviano que se origina en las universidades.