La gente mira al gobierno de Luis Arce y lo que ve es corrupción generalizada, protección al narcotráfico y crisis económica. Coinciden en eso encuestas reservadas encargadas por el Ejecutivo y estudios estadísticos elaborados para el consumo del gran público.
Una encuesta reciente, de alcance nacional, realizada por Diagnosis, da cuenta de esas manchas en la administración de Arce. Los resultados sirven para entender el porqué de las últimas acciones gubernamentales en temáticas catalogadas como aspectos negativos.
El 59% considera que hay corrupción en todas partes. Y no es para menos porque aún están frescos los escándalos de cobros de coimas millonarias en la ABC y el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, por ejemplo; la compra de ambulancias fantasmas; la entrega de autos robados a organizaciones sociales oficialistas, y una larga hilera de actos irregulares a todo nivel, incluidos los stripers en Entel.
Lo que percibe la gente es un indisimulado asalto al Estado y sus instituciones, falta de ética en el manejo de los recursos públicos y decadencia absoluta de valores morales y democráticos en el Estado. Ligar la corrupción con el Gobierno está poniendo cuesta arriba la pretensión de reelección presidencial en 2025.
¿Qué se hizo para intentar revertir la mayoritaria opinión negativa recogida por Diagnosis y otras encuestadoras? Hechos aparentemente desconectados. El encarcelamiento del Gobernador del departamento de Potosí y del Alcalde de la capital potosina, la orden de aprehensión del exalcalde de Cobija, el intento de reflotar casos que apuntan al exalcalde de La Paz y el alejamiento del cargo del cuestionado presidente ejecutivo de la ABC.
¿Hubo un ataque de transparencia en el Órgano Ejecutivo? Por supuesto que no. Todas esas acciones tuvieron un común denominador: contrarrestar el 59% que ve corrupción, repartiendo acusaciones entre autoridades del Gobierno que se corrompieron ni bien comenzaron a ejercer el poder y exautoridades de talla regional.
El 56% cree que el segundo aspecto negativo es la protección al narcotráfico desde el Gobierno. ¿Será por las toneladas de cocaína incautadas en Europa, las narcoavionetas bolivianas que caen en países vecinos o la exclusión de Bolivia de operaciones multinacionales por sospechas de que se alerta al narcotráfico internacional?
La huida del narco uruguayo Sebastián Marset y su familia hace casi dos meses le puso la cereza al pastel. El hombre de las tres identidades, dueño de equipos de fútbol, narcoempresario con negocios inmobiliarios, compra y venta de vehículos y organización de espectáculos musicales fue alertado antes de un operativo policial el sábado 29 de julio en Santa Cruz.
¿Cómo disipar la imagen de que hay un narcogobierno? Se intensificaron las intervenciones de fábricas de cocaína, todas concentradas en el trópico cochabambino, en el reducto de Evo Morales, como si en otras regiones bolivianas no hubiera producción de estupefacientes con destino a mercados europeos, asiáticos y africanos, entre otros.
Se mantiene una incesante búsqueda del narcofugitivo, principalmente en los departamentos del oriente boliviano, con cerca de 100 allanamientos que solo sirvieron para decirle al país que se ha desarticulado a la organización criminal de Marset que se movía en el país sin ninguna complicación y recibía apoyo de instancias policiales, fiscales y gubernamentales.
Su captura dentro o fuera del país es tarea prioritaria, seguramente para convertir al rey del acopio y de la distribución de cocaína desde y a través de Bolivia en un trofeo que ayudaría a cambiar la percepción negativa de los bolivianos sobre la estéril y demagógica lucha contra el narcotráfico en tiempos de Arce y del tiktoker Juandy.
El 51% cuestiona la falta de empleo, una muestra de la crítica situación económica que enfrentan los bolivianos. A ese porcentaje bien puede añadirse el 33% que anota como aspecto negativo la escasez de dólares en el sistema financiero, pese a que las autoridades económicas aseguran que el shock ya fue superado y se insiste con la retórica presidencial de que estamos en plena era de la industrialización.
La encuesta comienza registrado un aumento de la aprobación ciudadana al presidente Arce de 38% en julio de este año a 40% en agosto, proporción que está muy por debajo del 59, del 56 y del 51% que mira al Gobierno y lo único que ve es corrupción generalizada, protección al narco y crisis económica, manchas casi imborrables de los poderosos de hoy.
Edwin Cacho Herrera Salinas es periodista.