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02/12/2020

La Paz del futuro

Se acercan las elecciones subnacionales y se registra una explosión de precantidaturas, pero nadie habla de los verdaderos retos que se tiene a futuro como ciudad. Nuestra La Paz del futuro tiene grandes desafíos hacia adelante, como el combate al COVID-19 y cómo enfrentar la pospandemia, por lo que requeriremos más que eslóganes bonitos para dar solución a los verdaderos problemas de los paceños y paceñas. Tendremos que encontrar nuevas formas de dinamizar la economía local mirando hacia el desarrollo de alianzas público-privadas, el apoyo a los emprendedores y el fomento al emprendimiento social como herramienta para el desarrollo y progreso de todas las familias. A partir del desarrollo territorial debemos impulsar nuevas iniciativas y empleos para generar un bienestar general y disminuir la pobreza y precariedad existentes.

Nuestra ciudad es única en el mundo y un verdadero reto para cualquier urbanista y gestor público, la urbanización, desde la perspectiva paceña, tiene que tomar en cuenta las particularidades propias relacionadas a las diferentes realidades del contexto pluricultural y pluriétnico, enmarcado en una modernidad que debe tener como objetivo la igualdad de todos y todas.

El tema medioambiental es sin duda uno de los ejes imprescindibles para construir sostenibilidad y resiliencia. El cambio climático está obligando a que las ciudades en el mundo entero apuesten por soluciones más eficientes, con programas que apunten a la adaptación de viviendas para un mejoramiento del rendimiento energético que tenga el fin de construir una ciudad verde. A esto se debe añadir que La Paz del futuro debe mejorar sus políticas municipales de provisión de agua y servicios básicos planificando cómo mitigar un posible desabastecimiento o incluso sequías en nuestra ciudad.

La Paz del futuro debe adecuar su infraestructura urbana para ser más amigable para los peatones, personas con discapacidad, adultos mayores y niños. Para ello debemos construir un espacio social que elimine las barreras arquitectónicas, cree espacios verdes, áreas peatonales y mejores aceras para garantizar un acceso asequible a todos y todas.

En el campo cultural, La Paz está a la vanguardia del país, con fondos concursables municipales para el desarrollo de artistas y apoyo sostenible a la cultura. Sin embargo, si comparamos con otras ciudades latinoamericanas estamos muy rezagados, los apoyos son aún insuficientes. El camino avanzado debe profundizarse tomando en cuenta el rol del desarrollo económico y humano que trae consigo la economía naranja que involucra la generación de ideas y conocimiento. La cultura tiene un papel estratégico en el desarrollo urbano sostenible mediante el patrimonio cultural y las industrias culturales y creativas, y La Paz tiene un gran potencial productivo y creativo que debe ser aprovechado. El municipio debe coadyuvar no solamente a la producción cultural, también debe apoyar el fomento cultural que implica la difusión de la cultura en todas sus formas, e introducir la cultura en los espacios educativos. Para lograr ese objetivo tenemos que desarrollar infraestructura complementaria al desarrollo cultural, espacios flexibles multifuncionales que abriguen las actividades culturales diversas.

El transporte es sin duda, en todas las ciudades, una de las principales preocupaciones de los habitantes y sus autoridades. El transporte masivo municipal ha probado ser una eficaz medida, siendo seguro, limpio y barato. Por ello, debemos extenderse su cobertura y articular su interconexión con otros sistemas de transporte como el teleférico y otros similares de los municipios colindantes.

La Paz del futuro debe plantear también su rol de liderazgo regional en la metropolización de las conurbaciones para atender las demandas de la población flotante y mejorar la calidad de vida de los paceños y paceñas.

Para que las ideas se conviertan en realidad, es fundamental contar con los recursos económicos para poder transformar la ciudad. Hace ya varios años, La Paz tiene una asignación injusta de recursos por parte del gobierno central. Eso debe repararse, siendo el pacto fiscal una gran oportunidad para el rediseño de la redistribución y la reivindicación de lo que nos corresponde por derecho. 

Es desde los barrios que los paceños y paceñas debemos empezar a repensar el país, reconstruir el tejido social, la inclusión, el desarrollo sostenible y la construcción social igualitaria del espacio para consolidar una ciudadanía plena. 

Fernanda San Martín es abogada y activista por los derechos de las mujeres.



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