El discurso de Luis Arce de este pasado miércoles 8 de noviembre confirma que el presidente vive en otro planeta. Nada de lo que dijo en su perorata de una hora se parece en lo más mínimo a la realidad que los bolivianos enfrentan cada día. El presidente insiste en que “vamos por buen camino” cuando el desabastecimiento, las colas, la falta de dólares, la informalidad y la falta de esperanza en un futuro mejor nos dice todo lo contrario. ¿Hasta cuándo deberemos soportar este despliegue insolente y soberbio de malas ideas y mentiras al que Luis Arce nos somete cuando toma el micrófono?
El discurso desplegó ignorancia, victimismo, cinismo, deshonestidad e incompetencia.
Ignorancia
El presidente empezó diciendo que el capitalismo está atravesando una “crisis multidimensional” y que él la quiere superar para construir “otro tipo de sociedad.” De acuerdo con Arce, el capitalismo “nos limitó por cerca de dos siglos en el tipo de organización de la economía y en la estructuración de una forma de pensar. Por eso, el carácter anticapitalista, antiimperialista, antineoliberal, anticolonial y antipatriarcal de nuestro proyecto de transformación revolucionario.” ¡Que Dios nos agarre confesados!
El capitalismo es el sistema económico que más gente ha sacado de la pobreza en el mundo. Los países en los que existe mayor libertad económica son 10 veces más ricos que los países en los que no existe libertad económica, la población más pobre en los países con mayor libertad económica tiene once veces el ingreso de la población más pobre en los países sin libertad económica, la esperanza de vida es quince años más alta en los países con mayor libertad económica que en los países con menor libertad económica, la tasa de mortalidad infantil es siete veces más baja en los países con mayor libertad económica que en los países con menor libertad económica, el porcentaje de la población viviendo en extrema pobreza es 21 veces más bajo en los países con mayor libertad económica que en los países con menor libertad económica... No existe un solo índice de desarrollo humano en el que los países con menor libertad económica le lleven ventaja a los países con mayor libertad económica. ¿Qué pretende entonces el presidente Arce? ¿Cuál es esa “otra sociedad” que quiere construir al margen del capitalismo? ¿De verdad piensa que llevándonos a una revolución socialista podremos desarrollarnos y superar la pobreza? ¿Cómo les fue a Cuba y a Venezuela cuando intentaron ser anticapitalistas? O la ignorancia de la evidencia histórica de Luis Arce es supina, o sus intenciones son verdaderamente perversas.
Victimismo
Luis Arce se queja en su discurso de un supuesto “sabotaje económico” contra su gobierno y su persona. Dice que este sabotaje económico afectó nuestro crecimiento y contribuyó a la escasez de dólares, el abastecimiento de petróleo y la caída en la producción de hidrocarburos. ¿Pero a quién quiere engañar Sr. presidente? ¿Fuimos los bolivianos los que lo saboteamos dilapidando las reservas internacionales? ¿Fuimos nosotros los que acumulamos diez años consecutivos de déficits fiscales y quintuplicamos la deuda externa? ¿Acaso fuimos nosotros los que ahuyentamos a las empresas internacionales y confiamos la exploración de nuevos campos en una empresa ineficiente y corrupta como YPFB? ¿Somos nosotros los que lo saboteamos no pagándoles a las empresas que nos venden diésel? Deje el papel de víctima Sr. Arce. Nadie se lo compra.
Cinismo
Hacia la mitad del discurso, Luis Arce hace un mea culpa y dice que hay asuntos urgentes que resolver y menciona “sin lugar a dudas” a la justicia: “las bolivianas y los bolivianos exigen una justicia independiente, imparcial, moderna que sea sensible con los sectores vulnerables y brinde soluciones inmediatas.” Esto ya es el colmo del cinismo, ¿no le parece?. ¿De verdad nos quiere convencer, presidente, que a Ud. le preocupa la justicia? ¿No ha sido la justicia la herramienta más eficaz del MAS para perseguir y silenciar a sus opositores políticos? ¿No tenemos más de 270 presos políticos en el país (dato de Global Human Rights League)? ¿No están en la cárcel la presidenta Jeanine Añez o el gobernador Luis Fernando Camacho? Cuéntenos una de vaqueros.
Deshonestidad
El presidente Arce insiste en que Bolivia está “entre las tres primeras economías de la región.” ¿En serio? Arce saca este dato de las estimaciones del FMI de crecimiento económico para 2023 en Sudamérica. Y sí, de acuerdo con el FMI, Bolivia crecerá este año al 1.8%, qué es la tercera tasa más alta entre los 10 países sudamericanos. Lo que Arce no dice es que el país con la segunda tasa más alta de crecimiento este año será Venezuela (4%), que no es precisamente un ejemplo de desarrollo. Esto muestra que tomar un año aislado y fijarse en la tasa de crecimiento del PIB no dice absolutamente nada. Si tomamos, en cambio, el PIB per cápita (no su tasa de crecimiento), veremos que Bolivia está peleándole el último lugar a Venezuela entre los mismos diez países. Si tomamos indicadores como mortalidad infantil, esperanza de vida o informalidad, Bolivia presenta las peores tasas en Sudamérica. ¿Cómo es que estamos entre las tres primeras economías de la región Sr. Arce? Deje de tomarnos el pelo.
Incompetencia
Arce insiste en su discurso con el trasnochado modelo de industrialización con sustitución de importaciones. Un modelo que ignora toda lógica económica porque supone el abandono de nuestras ventajas comparativas. Un modelo que llevó a Latinoamérica a una de sus recesiones más profundas: la década perdida de los 80. Pero Arce le mete nomás. No contento con el paupérrimo resultado de más de 70 empresas públicas ineficientes (la gran mayoría de ellas deficitaria), Arce anuncia la creación de más de 150 plantas industriales para seguir sustituyendo importaciones. Más ineficiencia, más despilfarro de dólares, más pegas para partidarios, más clientelismo.
Repito, ¿hasta cuándo deberemos soportar este despliegue insolente y soberbio de malas ideas y mentiras cada vez que Luis Arce toma el micrófono?
Antonio Saravia es PhD en economía (X: @tufisaravia)