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07/12/2020

Evo y la oposición

Hace unos años, cuando el padre Eduardo Pérez se refería a Evo Morales decía: “Es un animal político”. No era para menos. Cuando estaba en función de gobierno, el también dirigente cocalero manejaba todo, o casi todo en el país. Ese cúmulo de poder de 14 años relacionándose con varios sectores de la sociedad, militares, policías, empresarios, movimientos sociales, entre otros, le ayuda a seguir con una musculatura política capaz de presentarse a las elecciones de 2025. Para ello está trabajando y lo vimos, después de haber ingresado a Bolivia, darse un baño popular de multitudes y con una actitud diferente y reducir sus decibeles de enfrentamiento. Es decir, los que creen que va a sentarse y vivir de su cato de coca o instalar su restaurante en el Chapare, están completamente equivocados.

No perdió ni un minuto a su llegada al país. Su trabajo de articular al Movimiento Al Socialismo es permanente y ya está coordinando las ternas para proponer candidatos a los gobiernos municipales y departamentales. Incluso se trazó una meta ambiciosa: ganar siete gobernaciones y 300 municipios y para ello está en conversaciones y su actividad política no cesa y el ritmo para intentar obtener la mayoría del poder regional es exigente. ¿Se habrá preguntado la oposición qué va a pasar si logra el 80% de lo que aspira? Si así fuera el MAS tendrá mayor fuerza política y decisoria que la que perdió en noviembre de 2019.

Lo que sí, no le va a ser fácil al MAS y a su líder tranquilizar a su militancia. Por ejemplo, en algunos municipios como El Alto, donde el fuego cruzado interno es intenso, puede debilitar la estructura partidaria sino buscan y obtienen el equilibrio. Pero no solo es en El Alto, sino también en otras regiones como Sipe Sipe, en la que la alcaldesa masista estuvo hospitalizada por la violencia ejercida por sus propios partidarios, quienes también atemorizaron a su familia. que está oculta porque teme por su vida. Lo líos masistas también se dan en algunos municipios de Santa Cruz.

El problema actual del MAS es interno y el descontento se nota en algunos dirigentes que se están enfrentando entre sí, como ocurre entre el exministro de Gobierno, Carlos Romero, y el diputado Rolando Cuellar; también son rivales el ministro de Gobierno, César del Castillo, y la expresidenta del Senado, Eva Copa. El desafío de Evo es apaciguar los ánimos y evitar que haya mayores fisuras. Algo que por el momento está complicado, pero depende de su habilidad política y del trabajo que está realizando.

La estrategia de Morales es no criticar frecuentemente a la oposición, como lo hacía antes. El objetivo es, por el momento, que se calmen las aguas respecto a la opinión adversa que pesa sobre él y luego aparecer como el líder indiscutible.  

Mientras tanto, las filas de la oposición, que no tienen un líder visible, no lograron formar alianzas sólidas con rumbo a las elecciones subnacionales. Los tiempos que maneja son más lentos que el que imprime Morales y mientras eso sucede las posibilidades de equiparar el poder se quedan en meras intenciones y charlas sin resultados concretos.

Por ejemplo, para el municipio de la ciudad de La Paz hay varias candidaturas oficiales, entre otras las del exdiputado Amilcar Barral, por la alianza “La Paz es posible”, el exministro Iván Arias, proclamado por la agrupación “Somos Pueblo”, el exrector de la UMSA, Waldo Albarracín apoyado por Unidos por La Paz, el Presidente del Colegio Médico de La Paz, Luis Larrea, que representa a “Por mi La Paz, Unidos Invencibles”. Todos ellos dispersan el voto, tal como sucedió en las elecciones nacionales. 

Parece que la derrota electoral del 18 de octubre todavía no ha sido analizada adecuadamente. Se cometieron errores garrafales que no se quieren asumir y menos discutir. La inercia y la lentitud con la que se responde ante el vendaval electoral de los masistas es preocupante y decepcionante para una generación que quiere cambios reales, contundentes y pragmáticos.

Sin embargo, una cosa es cierta: en la mayoría de las capitales de departamento la votación ha sido beneficiosa para Comunidad Ciudadana y Creemos. Si se hace una buena lectura y un buen trabajo, se podrá aprovechar esa preferencia para obtener gobernaciones y municipios que permita equilibrar el poder. Caso contrario, el “animal político”, al que se critican tanto, habrá triunfado por la inercia y la poca voluntad de representar adecuadamente al 45% de la población que votó en contra del MAS.

Gastón Flor es comunicador social.



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