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28/08/2021

El sistema está roto: populismo, antielitismo y nativismo

Un informe reciente de la consultora IPSOS Global Advisor, titulado “Sentimiento de sistema roto en 2021: Populismo, antielitismo y nativismo”, arroja un preocupante panorama global, especialmente crítico para América Latina. Los principales hallazgos muestran un creciente sentimiento ciudadano de que el sistema está roto, que la principal división de nuestras sociedades es entre los ciudadanos comunes y la élite política y económica, que la economía está amañada a favor de los ricos y poderosos, que los partidos y políticos tradicionales no se preocupan por la gente común y que los migrantes ponen en peligro la identidad nacional.

Fueron entrevistadas más de 19.000 personas en 25 países del mundo, incluida las seis principales economías de nuestra región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. Las noticias que surgen del estudio no son buenas ya que el resultado promedio de percepción de los ciudadanos latinoamericanos acerca del estado de la democracia es significativamente peor al promedio global.

Tres actitudes principales emergen de este estudio: populismo, sentimiento anti-élite y nativismo; sentimientos que si bien ya estaban presentes en América Latina de previo a la pandemia fueron potenciados por la debacle socio-económica gatillada por la Covid-19 y que representan una combinación tóxica que erosiona la legitimidad de la democracia, deteriora su calidad y la debilita frente a sus enemigos.

Panorama regional comparado

Un primer dato a resaltar de esta encuesta es la prevalencia de un elevado pesimismo en relación con la situación del país. Cuatro de los cinco países que consideran mayoritariamente que “el país va en declive” son latinoamericanos: Brasil, 69%; Chile, 68%; Argentina, 68%; y Colombia, 67%.

El sentimiento de que la sociedad está fracturada es igualmente mayor en Latinoamérica (64%) que a nivel global (56%). Los cuatro países donde la ciudadanía percibe que el sistema está más fracturado y más alejado de sus realidades y necesidades son también latinoamericanos: Colombia, Perú, Brasil, y Chile.

La mala imagen de los políticos y su desconexión con la ciudadanía queda claramente reflejada en el estudio. El 81% piensa que los políticos siempre terminan encontrando la manera de proteger sus intereses y un 72% piensa que la élite política y económica no se preocupa por las personas trabajadoras. El rechazo a los partidos tradicionales y los políticos en la región también supera la media global de 68%, alcanzando un alarmante 85% en Colombia y un 84% en Chile. No es casualidad que en estos dos países hayan tenido lugar recientemente masivas protestas sociales contra los gobiernos, el modelo económico vigente, los altos niveles de desigualdad, la mala calidad de los servicios públicos y la falta de oportunidades sobre todo de los jóvenes. La crisis de representación política también salta a la vista. El 60% de los encuestados dice que los temas políticos más importantes deberían ser decididos directamente por la gente a través de referendos y no por los funcionarios electos.

Otro aspecto a destacar es la demanda de líderes fuertes que estén dispuestos a romper las reglas (44%) y que le “quiten el país a los fuertes y poderosos” (64%). Especialmente preocupante es el resultado de Brasil donde el 61% de los encuestados apoyan esta demanda de un líder antidemocrático mientras solo un 20% la rechaza. Actualmente, Chile, Hungría, Colombia y Perú, lideran el ranking mundial del índice de populismo de IPSOS.

Estos últimos hallazgos revisten particular gravedad por dos razones. Una, la experiencia de América Latina con las diversas olas populistas del siglo XX y XXI no ha sido positiva. En todos los casos lo que devino a esos liderazgos fue una democracia de menor calidad y un debilitamiento del estado de derecho. Y, dos, lo vivido recientemente en las elecciones peruanas, donde las dos opciones más radicales –de derecha e izquierda– llegaron a segunda vuelta, enciende las alarmas de que el súper ciclo electoral –que acaba de iniciar y continuará hasta 2024– abra las puertas a una nueva ola de gobiernos populistas y/o autoritarios, alta polarización y mayor inestabilidad.

Un tercer sentimiento negativo que surge del estudio es el aumento del nativismo y xenofobia en las poblaciones y dirigentes. Colombia y Perú lideran el ranking de nativismo y rechazo a la inmigración a nivel regional. Los ciudadanos encuestados de estos dos Estados consideran que sus países serían más fuertes si se detuviera la inmigración y que en materia de empleos debe priorizarse la contratación de nacionales.

Este es un tema de particular importancia para América Latina ya que esta ha sido históricamente una región receptiva de migrantes. En la última década, ha tenido lugar una migración forzada de poblaciones dentro de la región, pero también hacia Estados Unidos y Europa. ACNUR (2021) estima que 5.6 millones de venezolanos han tenido que dejar sus hogares, de los cuales el 80% han arribado a otros países de Latinoamérica. De igual modo, empujados por la escalada de violencia y la falta de oportunidades, cientos de miles de nicaragüenses y centroamericanos han y continúan emigrando.

Democracia amenazada

El informe de IPSOS constituye un campanazo de alerta sobre el peligroso aumento de tres fenómenos negativos –populismo, antielitismo y nativismo– que de no ser debida y oportunamente atendidos podrían llevar a un aumento de los niveles de polarización e inestabilidad, complicar la gobernanza e incrementar el riesgo político.

El deterioro de los indicadores socioeconómicos durante los últimos años y la erosión de los principios democráticos ha permeado ya en los ciudadanos, que desconfiados de los partidos tradicionales y hartos de la desigualdad, la corrupción, la violencia y la falta de oportunidades, exigen que sus gobiernos den soluciones rápidas a sus demandas. La no respuesta oportuna y eficaz a estos reclamos presagia una nueva ola de protestas sociales.

En resumen, los resultados de esta encuesta demuestran que los sentimientos populistas, antisistema y de nativismo xenofóbico superan las ideologías y presentan niveles de aceptación social crecientemente altos y preocupantes. Sugieren, asimismo, la urgente necesidad de recuperar la confianza ciudadana en la política y sus instituciones; avanzar hacia una democracia de nueva generación que sepa escuchar y de resultados; y de formar una ciudadanía y un liderazgo que estén firmemente comprometidos con los valores democráticos, el pluralismo y la tolerancia.

Daniel Zovatto es director regional de IDEA Internacional.



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