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Posición Adelantada | 22/03/2021

El país 172 de 178

Antonio Saravia
Antonio Saravia

Así es, Bolivia ocupa este año el puesto 172 entre 178 países en el Índice de Libertad Económica publicado por la Fundación Heritage de Washington, DC (ILE). De acuerdo al ILE, el país está entre las naciones más reprimidas del planeta superando solamente a Eritrea, Zimbabue, Sudán, Cuba, Venezuela y Corea del Norte. Estamos tan abajo en el ranking que hay que subir 17 puestos, y llegar al 155, para encontrar al país latinoamericano más cercano hacia arriba: Haití. En una escala del 1 al 100, el índice de Bolivia para el 2021 es 42,7 cuando el promedio en el mundo es 61,6.

Aunque parezca mentira, sin embargo, el país no siempre estuvo a la cola. El ILE se comenzó a publicar en 1995 y ese año el índice del país fue 56,8 cuando el promedio en el mundo estaba en 57,6. Bolivia ocupó ese año el puesto 56 entre 101 naciones. Es más, nuestro índice empezó a subir a partir de 1995 situándose por encima del promedio en el mundo por nueve años consecutivos (de 1996 a 2004). Alcanzamos nuestro índice más alto en 1998 cuando llegamos a 68,8 mientras el promedio en el mundo era 57,2. ¡Ese año estuvimos en el puesto 25 entre 155 países! Nuestro ILE se mantuvo más o menos constante hasta el 2004 pero a partir de ahí nos fue como en el tango: cuesta abajo en la rodada.

La libertad económica, que es lo que trata de medir este índice, está definida como el derecho de poder hacer lo que queramos con nuestra persona y nuestra propiedad, siempre y cuando no infrinjamos en el mismo derecho de los demás. Es un concepto simple, pero tremendamente importante. La libertad económica importa desde un punto de vista utilitario o de desarrollo, y también, por supuesto, desde un punto de vista moral.

Para convencernos de que la libertad económica importa desde un punto de vista utilitario o de desarrollo solo tenemos que ver el ranking del ILE (https://www.heritage.org/index/ranking). Mire, por ejemplo, que países están en los primeros 30 lugares: Singapur es 1, Suiza 4, Reino Unido 7, Chile 19, Finlandia 17, EEUU 20, Suecia 21, Noruega 28 y Alemania 29. Indudablemente, estos países han logrado altísimos niveles de desarrollo. Y note que esta lista incluye a los países escandinavos (Finlandia, Suecia y Noruega) a los que muchos en la izquierda apuntan como ejemplos de “socialismo democrático.” Queda claro que eso es un disparate. No solo que no son socialistas, sino que los países escandinavos lideran el ILE. Miremos ahora el otro extremo. Algunos de los países entre los últimos 30 en el ranking incluyen: Etiopia, que es 151, Pakistán 152, Burundi 161, Surinam 169 y, como ya dijimos, Bolivia 172, Zimbabue 174, Cuba 176, Venezuela 177 y Corea del Norte 178. ¿En qué países cree usted que la gente tiene mayores posibilidades de mejorar sus estándares de vida?

Y si piensa que estoy eligiendo países a dedo para que mi argumento funcione, veamos los datos agregados. El PIB per cápita de los países en el quintil más alto del ILE es diez veces mayor al PIB per cápita de los países en el quintil más bajo. La población más pobre en los países con mayor libertad económica tiene un ingreso anual diez veces mayor al de la población más pobre en los países con menor libertad económica. La esperanza de vida es quince años más alta en los países con mayor libertad económica que en los países con menor libertad económica. La tasa de mortalidad infantil es siete veces más baja en los países con mayor libertad económica que en los países con menor libertad económica. El porcentaje de la población viviendo en extrema pobreza es 21 veces más bajo en los países con mayor libertad económica que en los países con menor libertad económica. No existe un solo indicador de desarrollo para el que los países del quintil más bajo en el ILE le lleven ventaja a los países del quintil más alto.

El ILE mide la libertad económica agregando resultados para 12 diferentes áreas: respeto a la propiedad privada, funcionamiento de la justicia, integridad del gobierno, carga impositiva, gasto del gobierno, salud fiscal, libertad de empresa, libertad en el mercado laboral, confianza en la moneda, libertad de comercio internacional, libertad de inversión y libertad financiera. Analizando la evolución del índice de Bolivia a través de los años, uno encuentra que las mayores caídas se produjeron en tres áreas: respeto a la propiedad privada (el índice para esta área pasó de 70 en 1998 a 18.7 el 2021), libertad de inversión (el índice pasó de 90 el 2004 a 15 el 2021) y libertad financiera (el índice pasó de 70 el 2004 a 40 el 2021). Otras áreas como el funcionamiento de la justicia y la salud fiscal se mantuvieron siempre muy por debajo del promedio. El funcionamiento de la justicia tiene un índice de 11 y la salud fiscal un índice de 13.4 para 2021, cuando los promedios en el mundo son 45.9 y 74.2, respectivamente.

Nuestras caídas en respeto a la propiedad privada, libertad de inversión, libertad financiera y funcionamiento de la justicia son el resultado de excesiva regulación, burocracia y falta de seguridad jurídica. La pobre salud fiscal, por su parte, se debe al crecimiento irresponsable del gasto público. Los datos muestran claramente además que nuestra debacle en términos del ILE se concentra en el período de gobierno de Evo Morales. La bonanza económica a partir de precios externos de materias primas no ayudó en nada a sembrar los fundamentos institucionales de libertad económica que permitan un desarrollo sostenido de largo plazo. No solo nos farreamos la platita, sino que destruimos la institucionalidad que nos permitió estar en el puesto 25 de este ranking en 1998, o en el puesto 49 el 2004. Ahora estamos en el puesto 172 y tenemos una cuesta empinadísima que subir. Esa es la triste herencia de los 14 años.

Antonio Saravia es PhD en economía (Twitter: @tufisaravia).



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