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Mundo | 13/05/2020

EEUU sobrepasa los 82.000 muertos por coronavirus y Trump se desespera por reabrir la actividad económica

EEUU sobrepasa los 82.000 muertos por coronavirus y Trump se desespera por reabrir la actividad económica

Washington DC |13|5|20|

Mario Cañipa Vargas, especial para Brújula Digital

Mientras Estados Unidos, que se mantiene como el epicentro de la pandemia mundial del coronavirus, ha sobrepasado los 82.000 muertos por este mal, el presidente Donald Trump ha incrementado su presión a los gobernadores para que reabran la actividad económica en sus respectivos estados.

Hasta la mañana del miércoles, el servicio de monitoreo sobre la pandemia que realiza la Universidad Johns Hopkins en el mundo estableció que el total de contagiados con la Covid-19 en Estados Unidos alcanza a 1,37 millones, seis veces más que Rusia, el ahora segundo país en esta macabra lista con poco más de 242.000 casos.

Según este recuento, el número de fallecidos por esta causa en el Reino Unido, el segundo país con más muertes por el virus a nivel mundial, ha superado los 33.000, cifra que no llega ni a la mitad de los casos registrados en Estados Unidos, donde, además, el reporte informa que se ha aplicado el test del coronavirus solamente a 9,6 millones de personas en los últimos dos meses, menos del 3% de toda la población.

Y si bien esas cifras se mantienen muy altas, la cantidad de contagios y muertes por el virus ha registrado una esperanzadora mengua. El domingo pasado, por ejemplo, las autoridades dieron parte de 776 fallecimientos por la COVID-19, el número de descensos más bajo en un solo día desde marzo, lo que le ha dado un nuevo pie a Trump para sostener, el lunes anterior, que su país “se ha impuesto” a la enfermedad y que ahora le corresponde reactivar su deteriorada economía.

En contra de varias recomendaciones científicas –incluidas las de su propio equipo de expertos–, Trump ha vuelto a insistir en su empeño de reabrir la economía estadounidense, lo que le ha granjeado duras críticas en los corrillos políticos y mediáticos por el peligro de un incremento desmedido de contagios y muertes que podría ocasionar una decisión de ese tipo en este momento.

Además, el mandatario ha sido blanco severas críticas por las contradicciones en las que incurre desde hace semanas. Por un lado pide mantener las restricciones sanitarias, y por otro apoya las manifestaciones callejeras en las que sus seguidores, en algunos casos armados y violando las disposiciones de distanciamiento social de la propia Casa Blanca, exigen “acabar con la tiranía” que para ellos significa mantenerlos en aislamiento sanitario.

Y como el ambiente electoral va tomando cuerpo en el país por la proximidad de la elección presidencial, convocada para el 3 de noviembre próximo, el ex presidente Barack Obama, cuyo mandato es blanco frecuente de los ataques de Trump, no ha dejado pasar la oportunidad de devolver gentilezas al actual mandatario y ha fustigado la manera en que éste administra la crisis del coronavirus: “Es un desastre caótico y absoluto”, ha dicho.

La respuesta científica

Por su parte, el doctor Anthony Fauci, quien encabeza el equipo de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, compareció el martes ante el Senado para hablar de ese mal y, en una nueva contradicción al mandatario, ha advertido que una pronta reapertura de la actividad económica podría provocar nuevos brotes del virus que traerían “muy graves consecuencias” para el país.

Fauci, que ha trabajado con seis gobiernos diferentes en los últimos 30 años como responsable del Instituto de Alergia y Enfermedades Infecciosas, asistió a la sesión del Senado a través de una videoconferencia junto al director de la Agencia Federal de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), Stephen Hahn, al director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, Robert Redfield, y al subsecretario de Salud Brett Giroir, ya que todos se encuentran en cuarentena.

Todos ellos dejaron en claro que aún es vital cumplir las medidas de aislamiento para evitar una segunda ola de contagios y muertes por la Covid-19, que puede ser incluso más trágica que la primera. “Es importante recalcar que aún no hemos salido del problema”, insistió el doctor Redfield.

Ataque a los gobernadores

La posición de los científicos fue esgrimida un día después de que Trump adoptara una nueva forma de presión a las autoridades estatales: el ataque a los gobernadores demócratas –algunos de los cuales como los de Nueva York, Michigan y Pensilvania son renuentes a levantar del todo las medidas preventivas– a quienes acusó el lunes de retrasar la reactivación de la economía para perjudicarlo en las elecciones de noviembre.

“Los demócratas se están moviendo lentamente por motivos políticos. Si de ellos dependiera, esperarían hasta el 3 de noviembre. No jueguen a la política. Procedan con seguridad, pero muévanse con rapidez”, dijo Trump en su cuenta de Twitter.

La respuesta no se dejó esperar. Uno de los aludidos directamente por el tuit del Presidente, el gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, dijo que los políticos que animan a “abandonar” la lucha contra la COVID-19 “están actuando del modo más cobarde posible”.

Hasta el momento, unos 30 de los 50 estados de la unión que son gobernados indistintamente por autoridades republicanas o demócratas han empezado a suavizar las restricciones sanitarias que mantenían vigentes y han dado luz verde para la reapertura paulatina de los negocios y comercios más pequeños, como peluquerías, salones de belleza y otros similares.

Ninguno de ellos, sin embargo, lo ha hecho observando el protocolo de tres fases establecido para ese efecto por la Casa Blanca y que fue anunciado por Trump hace tres semanas en un detallado documento de 20 páginas. El mismo establece que antes de iniciar la reapertura económica y de cambiar de una fase a otra deben pasar al menos 14 días de una reducción sostenida del número de contagios y muertes a causa del virus.

Con más de 33,5 millones de desempleados desde que las medidas de aislamiento social fueron impuestas, que se traducen en una subida de la tasa oficial hasta el 14,7%, y una contracción del 4,8% en su economía en general, Estados Unidos afronta su peor crisis desde la Gran Depresión del siglo pasado.

El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, ha advertido que el hecho de mantener las medidas asumidas para evitar la expansión de la enfermedad durante un tiempo más podría causar un “daño permanente” a la economía estadounidense.



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