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Mundo | 19/12/2023   05:13

|ANÁLISIS|Chile: nuevo rechazo a la propuesta constitucional|Carlos Derpic|

Integrantes del denominado Team Patriota celebran los resultados del plebiscito constitucional, en Santiago. EFE/Elvis González

Brújula Digital|19|12|23|

Especial de Carlos Derpic

El pasado 16 de diciembre se ha llevado a cabo el segundo plebiscito constitucional en Chile para considerar la propuesta de reforma de la Constitución que elaboró una comisión en la cual el Partido Republicano, del derechista José Antonio Kast (perdedor de la elección presidencial frente a Gabriel Boric) tuvo mayoría y, por ello, consiguió incluir en el texto sometido a plebiscito, muchas modificaciones que, incluso, constituían un retroceso frente a la Constitución actualmente vigente.

Como se sabe, ésta fue aprobada, a sangre y fuego, durante el gobierno del dictador Augusto Pinochet y proscribía expresamente determinadas doctrinas políticas, como el marxismo, porque la dictadura pinochetista formaba parte de la ideología de la seguridad nacional prohijada por Estados Unidos en las décadas de los 60 y 70 ante el fracaso de la Alianza para el Progreso; esta se ideó para que el ejemplo de la revolución cubana no cundiera, lo que en el fondo buscaba impedir el avance del boque socialista de poder que en aquellos año parecía gozar de muy buena salud y se mostraba como alternativa viable al sistema capitalista vigente en la mayor parte del mundo.

La lucha del pueblo chileno contra la dictadura pinochetista fue larga y dura y tuvo un primer triunfo cuando en 1988 la opción “No” alcanzó casi el 56 por ciento de los votos contra el 44 por ciento que votó “Sí” a la pregunta de si Augusto Pinochet podía permanecer en el poder hasta 1997. Dicho sea de paso, el dictador obedeció los resultados del plebiscito y entregó el poder en 1990 al ganador de las elecciones “Concertación de Partidos por la Democracia”, opositora a la dictadura, Patricio Aylwin; no pretendió, en ningún momento, apelar a un supuesto “derecho humano” que le permitiera eternizarse en el poder como lo ha hecho un autodenominado “líder espiritual de los indígenas del mundo” en Bolivia.

La Concertación a que se hace referencia, estuvo conformada por varios partidos, como el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Socialista, de cuyas filas emergieron varios presidentes de Chile, además del ya nombrado Aylwin: Eduardo Frei Ruiz Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. Sebastián Piñera, opositor a los gobiernos de la Concertación, fue también presidente de Chile en dos oportunidades, antes que asumiera el actual mandatario Gabriel Boric, fruto del estallido social de 2019.

Aquel año, se produjo una revuelta popular que tiene su explicación en las terribles desigualdades que existen en Chile, país en el cual hay una minoría muy rica en tanto importantes sectores de la población no la pasan nada bien.

El estallido social fue violento y estuvo alentado por los miembros del “socialismo” del siglo XXI, uno de cuyos conspicuos exponentes, el sanguinario Diosdado Cabello, dijo en aquellos días que “la brisa bolivariana estaba soplando en Chile”. Y así seguirá ocurriendo mientras las desigualdades permanezcan.

Ahora bien, la reforma constitucional fue resultado de dicha revuelta y el año 2022 se propuso aprobar un texto constitucional que, entre otras cosas, reconocía el carácter plurinacional, intercultural y ecológico del vecino país, que preveía la existencia de escaños reservados a los pueblos indígenas que lo habitan, que lo reconocía como un estado social y democrático de derecho, que reconocía los derechos humanos individuales y colectivos, así como la democracia directa y paritaria, etc.

El resultado, en 2022, fue de casi el 62% de rechazo del texto propuesto, razón por la cual se conformó un Consejo Constitucional que elaboró el nuevo proyecto, rechazado hace dos días. Queda entonces vigente el texto de la Constitución de Pinochet que, no obstante, fue objeto de amplias modificaciones, sobre todo durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos, el año 2005.

A la pregunta de si la vigencia del texto de 1980 reformado es lo mejor que podía pasarle a Chile hay que responder que es lo único que podía hacerse, dadas las circunstancias. Y que los chilenos deberán pensar en una modificación de su Constitución incluyendo varias cosas como los regímenes especiales, que brillan por su ausencia en la norma vigente.

Interesante lo que pasó en Chile. Interesante la actitud del presidente Boric, que dijo que, durante lo que le queda de mandato, no habrá nueva reforma de la Constitución y que es hora de enfrentar problemas urgentes en ese país, como por ejemplo el de la inseguridad.

Carlos Derpic es abogado.





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