La orden la habría dado Pequeño J, un narcotraficante peruano de unos 20 años del que la Policía argentina no tiene registros. El delincuente capo mandó una señal durante el crimen: “Esto es lo que le pasa al que me roba droga”. Uno de sus supuestos cómplices fue detenido anoche en Villazón, Bolivia.
Brújula Digital|Agencias|27|09|25|
El caso de Morena Verdi y Brenda del Castillo, ambas de 20 años, y de Lara Gutiérrez, de 15, fue una masacre atribuida al narcotráfico y transmitida en un grupo cerrado de una red social. Según las primeras investigaciones, la orden la habría dado Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”. Las jóvenes fueron secuestradas, torturadas, mutiladas en vida, ejecutadas y enterradas en el patio de una vivienda en Florencio Varela.
El mensaje fue claro: “Esto es lo que le pasa al que me roba droga”, firmado por “Pequeño J”, líder de una banda de narcotraficantes de unos 20 años.
Lázaro Víctor Sotacuro, uno de los sospechosos del triple crimen, fue capturado en Villazón, la noche de este viernes. Es sospechoso de ser el conductor del vehículo en el que fueron trasladados los cuerpos.
Uno de los sospechosos, Lázaro Víctor Sotacuro, fue capturado la noche del viernes en Villazón. Está acusado de ser el conductor del vehículo en el que trasladaron los cuerpos.
El brutal hecho, denominado “El triple crimen de Florencio Varela”, es considerado uno de los más cruentos registrados en Argentina por el sufrimiento que padecieron Morena, Brenda y Lara, informan medios locales.
Desaparición y hallazgo
Las tres jóvenes fueron vistas por última vez el viernes 19 de septiembre en La Matanza, en el Gran Buenos Aires. Ese día fueron reportadas como desaparecidas. El miércoles 24, sus cuerpos sin vida fueron hallados en el patio de una casa en Florencio Varela, a 20 kilómetros al sur de la capital.
Brenda y Morena, primas, y Lara, amiga de ambas, fueron convocadas a una supuesta fiesta en Villa Vatteone, Florencio Varela. Les prometieron 300 dólares a cada una por su compañía, según el diario Clarín.
Las tres, que vivían en el Complejo 17 de La Matanza, salieron rumbo a una estación de servicio YPF, frente a la rotonda de La Tablada. Cámaras de seguridad registraron cuando abordaron una camioneta Chevrolet Tracker blanca, sin sospechar que sería su destino final.
“Los primeros datos a los que pudo acceder Infobae revelan que las chicas murieron entre las 03:00 y 05:00 de la mañana del sábado 20 de septiembre, pocas horas después de haber sido vistas por última vez subiendo a la camioneta blanca en la rotonda de La Tablada”. Sin embargo, sus cuerpos sin vida fueron hallados recién el miércoles 24, en un pozo. “Mostraban lesiones indescriptibles”, señala Infobae.
Masacre por las RRSS y advertencia
El ministro de Seguridad de Buenos Aires, Gabriel Alonzo, explicó que las tres fueron torturadas y golpeadas hasta la muerte, mientras su agonía era retransmitida en Instagram
y con una advertencia del jefe del grupo criminal: "Esto es lo que le pasa al que me roba droga", Al menos 45 personas habrían visto la masacre, según reporte de la BBC.
Las muertes fueron un acto de "disciplinamiento para las chicas, pero también para distintos integrantes de esa organización", que se dedica al narcotráfico, afirmó Alonzo.
Tortura extrema
El fiscal Gastón Dupla indicó que las pruebas forenses revelaron violencia extrema contra las jóvenes, lo que evidenció una crueldad innecesaria.
“Ello, obrando a traición y sobre seguro, aumentando intencionalmente y, de manera inhumana, el sufrimiento, al causar padecimientos innecesarios que van más allá de lo necesario para cometer el acto (…) aprovechando lo masculino de su condición biológica dominante de género al ejercer violencia de género sobre las víctimas mujeres”, describió el fiscal en un documento incorporado al expediente al que tuvo acceso Infobae.
El medio también tuvo acceso al análisis forense del caso y describe de la siguiente manera la tortura a la que fueron sometidas Morena, Brenda y Lara.
“Lara Gutiérrez le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda antes de matarla. Además, su cuerpo presentaba quemaduras que aparentan ser de cigarrillos. También tenía un corte, que le amputó de manera parcial la oreja izquierda, y otro en el cuello que le seccionó la arteria carótida. Su muerte se produjo, luego de haber sido torturada, aproximadamente a las 03:00.
Brenda del Castillo murió como consecuencia de una fractura de cráneo. Los forenses detectaron, además, aplastamiento macizo facial y heridas punzocortantes en el cuello. Y su cuerpo también tenía un corte transversal que le abrió el abdomen de lado a lado, el cual fue realizado cuando ya estaba sin vida.
El cadáver de Morena Verdi tenía una luxación cervical y varios golpes en el rostro.
La pista del “Pequeño J”
Según el ministro Alonzo, las tres jóvenes solían frecuentar el barrio de Flores, en Buenos Aires, donde habrían tenido contacto con una organización criminal, informa BBC.
Si bien el motivo aún está en investigación, Alonzo declaró que “pasó algo, vieron algo, ocurrió algo o fueron utilizadas por otros”. “No lo sabemos todavía eso. Lo tenemos que esclarecer porque esto es reciente", remarcó.
Ante la hipótesis de que las jóvenes se hubiesen visto involucradas en el robo de droga, Alonzo respondió: "Todo puede ser".
La organización narcocriminal que estaría en el triple crimen estaría dirigida Tony Janzen Valverde Victoriano, alias Pequeño J, de 20 años y nacionalidad peruana. Las autoridades lo consideran el autor intelectual de la masacre. Tras el presunto robo de cocaína habría contratado a un grupo de sicarios.
Al inicio, “Pequeño J” fue calificado como “un fantasma” porque policías que conocen los dominios de los narcos en el territorio porteño, no tenían el DNI ni expedientes que lo mencionaran.
“Creen que tiene 23 años, es peruano y lo buscan con los apellidos de Noguera, Valverde y ahora también Montana. Lo señalan como el autor intelectual del secuestro, torturas y mutilaciones de las tres jóvenes para enviar un mensaje para disciplinar al resto del grupo”, señala Infobae.
En las últimas horas las autoridades difundieron su imagen y emitieron una orden de captura internacional. La Voz informó que los operativos de búsqueda se intensificaron en Florencio Varela y en la Villa Zavaleta.
Un cómplice detenido en Bolivia
Más de una docena de personas fueron detenidas hasta ahora, entre ellas dos sospechosos que intentaban limpiar la escena del crimen.
La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó anoche en su cuenta de X que Sotacuro fue detenido en Villazón, en Potosí.
Las investigaciones continúan y la búsqueda de Pequeño J no se detiene, aunque especialistas en mapeo de organizaciones criminales aseguran no haber escuchado antes su nombre.
BD/IJ/JA