Brújula Digital|20|02|25|
Israel ha vivido una de las jornadas más tristes de su historia con la llegada de los cuerpos de Shiri Bibas (33), de nacionalidad israelí-argentina, y sus hijos Ariel y Kfir, secuestrados cuando tenían 4 años y nueve meses, así como del pacifista Oded Lifshitz (84). Los cuatro fueron capturados el 7 de octubre de 2023 en el kibutz Nir Oz durante el ataque terrorista de Hamás.
Tras 503 días de incertidumbre, los israelíes acompañaron el traslado de los cuerpos desde la frontera con la Franja de Gaza hasta el centro forense de Abu Kabir en Tel Aviv. La tristeza y el dolor marcaron la jornada, considerada un día de luto no oficial en el que se suspendieron numerosas actividades de ocio.
Hamás entregó los cuerpos a la Cruz Roja en Bani Suheila, cerca de Jan Yunis, no lejos del lugar donde fueron secuestrados. La organización yihadista organizó un acto propagandístico con pancartas en las que culpaba a Israel de la muerte de los “cuatro prisioneros”.
En noviembre de 2023, Hamás afirmó que los Bibas murieron en un bombardeo israelí, algo que Israel rechazó por falta de pruebas. Desde hace meses, el gobierno israelí temía lo peor.
Otra pancarta advertía en árabe, inglés y hebreo que “el regreso de la guerra supondrá el regreso de los rehenes en féretros”. En la ceremonia, los ataúdes fueron expuestos ante centenares de palestinos mientras miembros armados de las Brigadas de los Mujahidin y de las Brigadas Al-Qassam, brazo militar de Hamás, estaban presentes.
A diferencia de los seis intercambios previos de rehenes por prisioneros palestinos, las cadenas de televisión israelíes evitaron retransmitir las imágenes de lo que describieron como una “ceremonia cínica y cruel de propaganda”. Israel presentó una protesta oficial ante los mediadores, dijo el diario El Mundo de España.
Tras la llegada de los cuerpos, el rabino jefe del ejército israelí ofició una ceremonia en su honor antes de su traslado al centro forense. Bajo la lluvia, miles de ciudadanos se unieron al cortejo portando banderas de Israel.
El presidente Isaac Herzog expresó su pesar: “Agonía. Dolor. No hay palabras. Nuestros corazones –los corazones de una nación entera– están hechos pedazos. En nombre del Estado de Israel, inclino mi cabeza y pido perdón. Perdón por no protegerlos en ese día terrible. Perdón por no traerlos a casa sanos y salvos”.
Un símbolo de Israel
La imagen de Shiri Bibas protegiendo a sus hijos mientras eran rodeados por hombres armados quedó grabada en la memoria de Israel. Su esposo, Yarden Bibas (35), fue capturado tras intentar defender a su familia y llevado en motocicleta a la Franja de Gaza. Sus padres, José Luis Silberman y Margit Schneider, emigrantes de Argentina y Perú, fueron asesinados el 7 de octubre, recordó el diario.
Durante su cautiverio de 484 días, Yarden vivió atormentado por el destino de su esposa e hijos. Liberado el 1 de febrero, solo pasó 19 días en libertad antes de recibir la trágica noticia. El dolor trasciende a su familia y recorre todo Israel, donde las imágenes de Shiri, Ariel y Kfir han estado presentes en calles, carreteras y manifestaciones. Este jueves, sus rostros fueron proyectados en la plaza de Tel Aviv donde miles de personas exigen la liberación de los secuestrados. De los 251 rehenes tomados el 7 de octubre, aún quedan 69 en manos de Hamás.
En estos 16 meses, el color naranja ha simbolizado la lucha por la familia Bibas. Sus allegados se aferraron a la esperanza hasta el final. “No perdemos la esperanza”, dijo un familiar hace una semana. Sin embargo, la confirmación oficial llegó finalmente desde el centro forense en Tel Aviv.
Por su parte, Oded Lifshitz, fundador del kibutz Nir Oz, era un activista por la paz entre israelíes y palestinos. Su esposa, Yojebed (86), liberada dos semanas después del secuestro, recordó que ayudaban a trasladar enfermos gazatíes a hospitales israelíes. “Era un gran luchador de la paz. Tenía buenas relaciones con los palestinos. Lo traicionaron después de haber luchado por ellos toda su vida”, lamentó. Su nieto, el exfutbolista Daniel Lifshitz, lo despidió en redes con un mensaje: “Adiós abuelo querido, te quiero, seguiré tu camino. Siéntete orgulloso”.
Hamás ha entregado por primera vez cadáveres de rehenes desde el inicio de la tregua. En la primera fase, 19 israelíes y cinco trabajadores tailandeses fueron liberados a cambio de más de mil presos palestinos y la retirada militar de la Franja de Gaza, salvo en ciertas zonas fronterizas.
Este sábado, está prevista la liberación de los últimos seis rehenes con vida de los 33 estipulados en esta fase del alto el fuego, y el próximo jueves se entregarán los cuerpos de otros cuatro rehenes. Sus familias, que mantenían la esperanza, quedaron devastadas al saber que no estaban en la lista de los que volverán con vida este fin de semana.
Hamás acordó acelerar la entrega de rehenes vivos a cambio de la entrada de vehículos pesados y caravanas en Gaza, la liberación de detenidos gazatíes capturados tras el 7 de octubre y de más prisioneros, incluyendo algunos con cadena perpetua y 47 que habían sido liberados en el canje de Gilad Shalit en 2011.
La primera fase de la tregua, negociada por Estados Unidos, Egipto y Qatar, tiene una duración prevista de 42 días. Sin embargo, las diferencias entre las partes siguen siendo profundas. Israel insiste en su objetivo de eliminar completamente a Hamás, tanto su brazo armado como su control sobre Gaza. El grupo islamista, que podría aceptar no formar parte del futuro gobierno del enclave para facilitar su reconstrucción, se niega al desarme y solo liberará al resto de los rehenes si recibe garantías de que Netanyahu no reanudará la ofensiva, afirmó El Mundo.