Ambas mujeres, de origen inmigrante y con trayectorias inspiradoras, se han convertido en símbolos de liderazgo en sus respectivos países, aunque con ideologías y estilos contrastantes.
EFE
Brújula Digital|Agencias|06|11|24
Manuela Sanchez
Mientras Kamala Harris enfrenta su derrota en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ante Donald Trump, en el Reino Unido, Kemi Badenoch hace historia al convertirse en la nueva líder del Partido Conservador.
Ambas mujeres, de origen inmigrante y con trayectorias inspiradoras, se han convertido en símbolos de liderazgo en sus respectivos países, aunque con ideologías y estilos contrastantes.
Kamala Harris, hija de una destacada investigadora india de cáncer de mama, fue criada con valores progresistas y una visión de justicia social. Desde temprana edad, su madre le inculcó un sentido de lucha que la llevó a romper barreras en su carrera política. Pero, a pesar de sus esfuerzos, Harris no logró la reelección en una contienda marcada por la polarización política en EE.UU.
En el Reino Unido, Kemi Badenoch, de 44 años, también es producto de una historia de perseverancia. A los 16 años llegó sola a Londres desde Nigeria, con solo £100 en el bolsillo, escapando del caos político y la opresión de un régimen militar en el país donde se crío.
Mientras completaba sus estudios, se sostenía económicamente trabajando en McDonald's. Hoy, tras años de dedicación, se alza como la primera mujer negra en liderar un partido político importante en el Reino Unido.
Badenoch ganó el liderazgo conservador con 53,806 votos frente a los 41,000 de Robert Jenrick, en una elección interna que mostró una clara inclinación hacia la derecha dentro del partido, según CNN.
Su victoria promete un giro hacia posiciones más conservadoras en el discurso político británico, especialmente en temas como identidad de género, derechos LGBTQ+ y gasto público, temas sobre los que Badenoch ha expresado su rechazo hacia la "política de identidad".
La nueva líder del Partido Conservador ve en la ex primera ministra Margaret Thatcher una fuente de inspiración. Al igual que la “Dama de Hierro”, Badenoch defiende la autosuficiencia, la responsabilidad personal y los mercados libres, valores que considera fundamentales para “enderezar” a su partido, según el noticiero alemán DW.
En su discurso de victoria, dejó claro que su misión es reconstruir la imagen del partido y devolverlo a sus raíces conservadoras, luego de la debacle electoral de julio que los dejó con solo 121 escaños en el Parlamento, su peor resultado histórico.
Badenoch asumió su liderazgo con una retórica combativa, afirmando que el Partido Conservador debe ser “honesto sobre nuestros errores” y estar listo para “dar a nuestro país y a nuestro partido el nuevo comienzo que se merecen”.
Confrontativa y sin miedo a polémicas, su liderazgo plantea un desafío directo al primer ministro laborista Keir Starmer, cuyo enfoque moderado contrasta con el estilo franco de Badenoch.
Sin embargo, la tarea de Badenoch no será fácil. Hereda un partido fragmentado y desmoralizado tras años de mala gestión en áreas clave como la economía, inmigración y seguridad.
Además, su propia participación en los gobiernos de Liz Truss y Rishi Sunak, ambos marcados por controversias y escándalos, podría ser un obstáculo en su intento de redimir al partido.
A pesar de los desafíos, tanto Badenoch como Harris representan la evolución de las mujeres de ascendencia inmigrante en las democracias occidentales.
Sin embargo, mientras Harris abogaba por una agenda progresista, Badenoch ha optado por una ruta conservadora y combativa, enfrentando las divisiones culturales con una postura firme.
Su liderazgo promete influir en la política británica durante los próximos años, mientras busca recuperar la confianza de los votantes y dar nueva vida a un partido en crisis.
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