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Mundo | 15/10/2023   05:35

La muerte de la democracia empieza en las urnas

Este domingo se realiza la segunda vuelta en Ecuador/EFE

Brújula Digital |15|10|23|

Sofía Cordero Ponce, especial desde Quito

Steven Levitsky en su libro Cómo mueren las democracias relata la experiencia de Estados Unidos desde que Donald Trump irrumpió para demostrarnos que incluso la democracia más duradera y sólida, puede ser destruida. Levitsky apunta al hecho de que las democracias ya no se terminan por golpes de Estado militares, sino por la acción de los que llegan al poder por la vía electoral y el uso de las instituciones como armas para atentar contra el estado de derecho. Pero esto no es suficiente, hace falta, además, el despliegue de comportamientos violentos, autoritarios y mafiosos a lo largo del tiempo. Tolerancia mutua, aceptación del adversario como legítimo, contención, moderación y respeto a los poderes y funciones son condiciones mínimas para mantener viva una democracia.

¿Qué tiene que suceder para darnos cuenta de que una democracia está en peligro de muerte? Si pensamos en Venezuela, tuvieron que pasar muchos años para que en la región se reconozca que la de Nicolás Maduro es una dictadura. Si miramos El Salvador, el modelo Bukele es el referente exitoso en el control de la violencia y parece importar poco que la paz se haya logrado pisoteando los derechos y libertades, eliminando a los adversarios políticos del sistema de partidos, y tomándose las instituciones por asalto.

En Ecuador, la democracia agoniza llena de heridas. Las instituciones se han convertido en armas para la protección de mafias, y los ciudadanos estamos abandonados. Lo característico de la mafia es su carácter clandestino, secreto y criminal. El asesinato de Fernando Villavicencio dejó claro que usar la palabra para visibilizar lo mafioso de nuestro Estado y lo criminal de nuestra política pone en riesgo nuestras vidas, ahora sabemos que hablar implica valentía.

Sea por miedo, o por desinterés, hemos perdido la capacidad de hablar y con ella, la política se ha vaciado de contenido. Si consideramos que la política es la actividad a través de la cual las comunidades persiguen objetivos colectivos y eligen las mejores formas de alcanzarlos, nuestra única opción es retomar la palabra, perder el miedo y volver a darle contenidos a nuestra política. Sólo así podremos disputar el espacio de lo oculto, lo criminal y lo mafioso, para construir lo público, lo común y democrático.

La muerte de la democracia empieza en las urnas, dice Levitsky. Este domingo los ecuatorianos tenemos la oportunidad de decirle no a la muerte, no a la mafia y sí a la democracia.

Sofía Cordero Ponce es politóloga ecuatoriana, docente de posgrado.





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