Nuevo crédito de la CAF reactiva cuestionamientos a manejo económico y déficit público.

Brújula Digital|07|10|19|

La aprobación por parte de la Cámara de Diputados  del Proyecto de Ley 448-19 para el contrato de préstamo  de 100 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento (CAF), empréstito gestionado por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP), desató nuevos debates sobre la situación de la economía boliviana y el déficit público en la gestión 2019.

De acuerdo al documento remitido por el MEFP al órgano legislativo, el crédito estará destinado al programa de apoyo a la mejora de la gestión de las finanzas públicas del Presupuesto General del Estado (PGE) de este año y el financiamiento fija un tiempo de seis meses para la solicitud del primer desembolso y hasta 24 meses para el último. El plazo para el pago de la nueva deuda se fija en 15 años, con período de gracia de 66 meses (cinco años y medio) y un interés del 1,8% anual sobre saldos, según reporta Página Siete.

La aprobación del nuevo crédito derivó en un debate sobre la situación de la economía nacional, el incremento de la deuda externa del país y la situación del déficit fiscal.

Para el economista, Julio Alvarado, la solicitud de este tipo de crédito, es igual a “estirar la mano” para pedir ayuda, porque el Tesoro General de la Nación (TGN) ya no tiene plata para el gasto corriente”. El también docente universitario justificó su criterio al señalar “los anteriores contratos de préstamo tenían objeto definido, es decir, financiar la construcción de un camino o alguna obra en particular, pero este crédito es únicamente destinado para el TGN”, según reporte de Erbol.

Señalar que el empréstito “será para las finanzas públicas”, quiere decir que “el Gobierno no tiene plata y que necesita este dinero para que no aumente el déficit fiscal” aseveró Alvarado y agregó que en materia económica nos dicen: ‘Nos está que nos está yendo muy bien, pero no ponen las cartas sobre la mesa”, muestra de ello es este nuevo crédito.

En su criterio, el préstamo irá a financiar gasto de sueldos, salarios, pasajes, viáticos y servicios de agua, luz y otros, lo que significa que “el Gobierno no tiene plata. Lo que le dicen a Carlos Mesa que era mendigo y debía prestarse para salarios, es lo mismo ahora. Le han cambiado el nombre para que suene bonito, pero no es otra que decir, señores, préstenos dinero para encarar los gastos de fin de año”.

Para esta gestión el Presupuesto General de la Nación proyecto un déficit público de alrededor de ocho por ciento, lo que significará que por tercer año consecutivo  el PGN registra déficit en el sector fiscal.