Huachacalla distribuye mercadería de contrabando y Oruro comercializa para consumo urbano

Brújula Digital 26/06/2021

El contrabando de línea blanca y ropa americana convirtió al Municipio de Huachacalla, en el Departamento de Oruro, ubicado en el límite fronterizo con la República de Chile, en un bastión estratégico para la distribución de la mercadería ilegal de contrabando que tiene a su vez  la ciudad de Oruro, como centro principal de acopio para luego comercializar los productos en los principales centros urbanos del país

De hecho, la población que suma aproximadamente cinco mil familias, dedican parte de su tiempo a traficar mercadería de contrabando con el Jesús en la boca, ya que el Ejército despliega, constantemente, por la zona, intenso control y rastrillaje.

“No vamos a negar, en su mayoría estamos (promoviendo) esta forma de trabajo, pero legal. El tema es que, no tenemos otra alternativa nosotros de qué vamos a vivir”, afirmó tajante Daniel Cáceres, representante regional y Secretario de Justicia y Trabajo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).

A confesión de parte, relevo de pruebas, señala el adagio popular y lo que hizo Cáceres fue admitir estos hechos, aunque con un justificativo que esgrimió por medio “no tenemos otra opción para sobrevivir. Tenemos que luchar en esta vida”, evocó el dirigente originario.

Según un estudio que hizo sobre el contrabando la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO), sobre él contrabando, Chile coadyuva en esta actividad lucrativa.

La nación vecina tiene una disposición normativa que autoriza retirar mercadería de la Zona Franca de Iquique, sin pagar impuestos pero a condición de que sea destinada al consumo de la población que vive en la Región 1, integrada por Arica, Parinacota, y Tarapacá, próxima a la frontera con Bolivia.

Autorizados legalmente, los comerciantes chilenos retiran la mercadería y lo trasladan hasta poblaciones que tienen casi densidad cero por kilómetro cuadrado.

De esta manera llevan, por ejemplo, mil televisores con destino a los poblados fronterizos con Bolivia de Coriquina y Paravinto, donde viven escasamente 20 y 30 personas, respectivamente, pero que reciben inmensa cantidad de mercadería, denunció el documento empresarial.

Cáceres relató que “si tienen suerte, alcanzan a comercializar su mercadería. Lo contrario es perder lo que tenemos porque el Ejército decomisan todo”.

Para que los huachaqueños puedan recuperar parte del capital invertido en la compra de mercadería ilegal como televisores, cocinas, refrigeradores, computadoras y hasta teléfonos celulares, que son internados de contrabando a Bolivia desde Chile, tienen que comercializarse, forzosamente, en la ciudad de Oruro, comentó Cáceres.

“En la ciudad, tenemos varias centros donde vender la mercadería, por ejemplo, las ferias: Fermín López, Mercado Kantuta, y también centros periurbanos para la venta de repuestos (de diversa índole) en la cual cada comerciante tiene un puesto de venta, y apela a todas las formas más imaginativas para comercializar lo que tiene”, describió el dirigente sindical, en parte, cómo administran los artículos que tienen origen ilícito en Huachacalla.

BD/EMV.