La reducción se debe a la disminución de reservas internacionales, la escasez de combustible, la creciente inflación, las tensiones sociales y políticas que afectan la estabilidad económica del país.
Brújula Digital |24|01|25|
La calificadora internacional Fitch Ratings bajó nuevamente la calificación crediticia de Bolivia, situándola en “CCC-“, debido a la disminución de reservas internacionales, la escasez de combustible, la creciente inflación, las tensiones sociales y políticas que afectan la estabilidad económica del país.
La calificación refleja los riesgos crecientes para la economía boliviana ante la falta de dólares disponibles en el Banco Central. Según Fitch, las reservas internacionales alcanzaban apenas 1.980 millones de dólares a finales de 2024, de los cuales 1.890 millones están en oro, dejando solo 47 millones en efectivo. Esta situación dificulta tanto el pago de la deuda externa como la importación de productos esenciales.
“Si bien un evento de incumplimiento aún no parece inminente, el margen de seguridad continúa erosionándose debido a la falta de medidas correctivas de política económica y fiscal”, advirtió Fitch.
La calificadora también señaló que las dificultades económicas del país fueron exacerbadas por los conflictos sociales, los bloqueos de carreteras y la escasez de combustible registrados en 2024. Además, los elevados déficits fiscales, estimados en 8,2% para 2025, representan un desafío significativo en un contexto de alta inflación y limitada capacidad de financiamiento.
Sobre el crecimiento económico, Fitch prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) real se desacelerará al 1,5% en 2024 y 2025, frente al 3,1% registrado en 2023. Este pronóstico considera la crisis de liquidez, los disturbios sociales y las elecciones de agosto de 2025, que podrían intensificar las tensiones políticas y económicas.
“El próximo gobierno heredará la necesidad de implementar un ajuste fiscal significativo para estabilizar la economía, pero estas medidas podrían limitar aún más el crecimiento”, señaló la agencia.
En cuanto al servicio de la deuda externa, Fitch indicó que el riesgo de incumplimiento es bajo en 2025, cuando se deberán pagar 110 millones de dólares en eurobonos. Sin embargo, los desafíos aumentarán en 2026, con un vencimiento de 333 millones de dólares en un contexto de baja liquidez.
Finalmente, Fitch subrayó que la calificación crediticia podría seguir deteriorándose si no se implementa un plan macroeconómico sostenible que permita reconstruir las reservas internacionales y estabilizar las finanzas públicas. Por otro lado, el acceso a financiamiento externo y la reducción de las presiones fiscales podrían mejorar la evaluación del riesgo país.
BD/RED