Brújula Digital|15|01|25|
Rolando Kempff Bacigalupo
La población boliviana conoce la situación económica nacional, la cual enfrenta varios desafíos en la actualidad. Sin embargo, los empresarios nacionales continuamos demostrando nuestra esperanza y compromiso frente al escenario actual del país.
La esperanza de mejores días que tiene el empresario boliviano le permite encarar problemas como la falta de dólares, la escasez de carburantes, la inflación así como el déficit fiscal y el déficit de la balanza comercial.
En agosto de este año –que recuerda el Bicentenario de la fundación de Bolivia– la población podrá elegir a su nuevo presidente, que tendrá como tarea inmediata poner en marcha las reformas necesarias para reactivar la economía y establecer nuevos objetivos para lograr el desarrollo de nuestro país.
En anteriores artículos recordaba que el boliviano es un emprendedor nato, valiente y decidido que inicia su propio negocio o empresa a pesar de los desafíos y obstáculos que puedan enfrentar. Bolivia es un país en desarrollo, con una economía en crecimiento y muchos sectores para dinamizar.
El espíritu emprendedor y la esperanza del empresario son el motor que hace posible que la economía siga de pie. Este año deberá enfrentar, además de lo ya mencionado, las medidas aprobadas en el Presupuesto General del Estado, el cual programó un 12% más de gasto, solventado por un déficit fiscal del 9,2% del Producto Interno Bruto; un crecimiento económico del 3,51%, y una inflación del 7,5%.
Sin embargo, los datos disponibles de la reciente gestión pasada exponen y demandan la instrumentación de varias políticas, tomando en cuenta que el crecimiento de Bolivia no superó el 1,5%. También en los primeros nueve meses del año se registró un déficit comercial de 329 millones de dólares y la gestión finalizó con una inflación acumulada del 9,97%, el cual representa el aumento inflacionario más alto tras 16 años. Por ese motivo, se deben priorizar las medidas necesarias para evitar la estanflación, la cual se define como la combinación de la inflación con la recesión.
Los primeros días de este mes, un informe del INE indicaba que, entre enero y noviembre del 2024, comparado con similar período del 2023, las exportaciones de los diferentes sectores económicos, como manufacturas, agricultura e hidrocarburos, sufrieron una fuerte caída.Las exportaciones de gas natural disminuyeron de 1.883 a 1. 500 millones de dólares. Recordemos que en el periodo 2006-2019, el país obtuvo ingresos que superaron los 38.000 millones de dólares por concepto de renta gasífera. Hace algunos años, solo gracias a las ventas de gas a los mercados de Argentina y Brasil teníamos un superávit comercial. El país no ha promovido la inversión del sector privado en hidrocarburos oportunamente ya que se esperó a que las reservas se agoten. Hoy en día ya no contamos con exportaciones del crudo a Argentina tras 20 años y actualmente nuestras exportaciones gasíferas a Brasil también se redujeron.
Paralelamente, el “government take” es muy elevado, lo cual debilita a la inversión privada y a la seguridad jurídica. Es por eso que, si no generamos nuevas reservas de gas, tendremos que comenzar a importar este recurso hacia nuestro país, considerando que el sector eléctrico está sustentado por gas, lo cual debilitaría aún más la economía boliviana.
Los últimos días del año pasado, representantes del sector productivo, exportador y gremial de Santa Cruz emitieron un comunicado conjunto pidiendo al Gobierno aplicar un modelo económico acorde a las necesidades de la población, el cual instrumente un modelo pensando en el país y en la población, para contrarrestar el deterioro de la economía en el corto plazo y además sentar bases para un mayor crecimiento económico, desarrollo y bienestar para las familias bolivianas.
Tener esperanza significa seguir trabajando pese a las adversidades, recurriendo a la creatividad de su valioso capital humano así como a su compromiso y motivación.
Es por eso que los empresarios bolivianos nos sentimos optimistas en la búsqueda de alternativas creadoras de condiciones propicias para los cambios que puedan resolver nuestros problemas. En ese sentido, expresamos que continuaremos con los esfuerzos adecuados para fomentar la inversión privada, la seguridad jurídica y la libertad empresarial.
Reconozcamos, es necesario fortalecer al sector privado, a empresas legales en minería, agricultura y otros sectores que aportan significativamente a nuestra economía. En esta nueva gestión, varios sectores demandan soluciones que deben ser instrumentadas con la interrelación de la sociedad boliviana.
Rolando Kempff Bacigalupo es economista, PhD en relaciones internacionales y dirigente empresarial.