|ANÁLISIS|Rumbo al Bicentenario|Rolando Kempff|

Brújula Digital|29|12|24|

Rolando Kempff 

Estaba pensando, ¿qué nos depara el Bicentenario? La verdad es que muchos piensan que Bolivia se nos muere. Sin embargo, ¿qué debemos hacer para proyectar a Bolivia en los años venideros?

El 6 de agosto de 1825, Bolivia declaró su independencia después de una larga lucha liderada por Simón Bolívar y otros héroes de la independencia.

La próxima gestión el país celebrará sus 200 años de vida soberana, durante los que se vivieron grandes desafíos políticos, sociales y económicos, pero también logros importantes y avances en diferentes áreas. 

Durante toda esta extensa trayectoria, el país tuvo distintos tipos de gobierno: dictaduras, democracias, gobiernos de izquierda, centro y derecha. Hoy en día nos encontramos ante un panorama caracterizado por grandes desafíos en políticas económicas y monetarias, entre otras que debemos diseñar, reemplazando nuestra economía extractiva-monoproductora para que podamos encaminarnos en la ruta del desarrollo sostenible.

Este nuevo año llega con retos tanto para el gobierno como para el próximo. La primera tarea es encontrar la fuente alternativa de ingresos de divisas ante la creciente escasez de gas para la exportación. 

En nuestra historia pasamos de la era de la plata a la del caucho y luego a la del estaño. Posteriormente, a la del petróleo y actualmente esperamos ingresar a la era del litio. En el caso del litio debemos recordar que su explotación comercial ya debía estar en marcha, pero esto no ha ocurrido y pese a tener la mayor reserva mundial, no tenemos aún presencia en el mercado internacional.

Otro tema prioritario es reducir el déficit fiscal, para lo que hace falta una decisión política que opte por gastar menos de lo que se tienen como ingresos reales.

Es necesario que las autoridades gubernamentales reconozcan que sí tenemos problemas económicos que necesitan urgentes soluciones. De lo contrario, seguiremos por camino del déficit y podemos llegar a una estanflación, que demandará mayores sacrificios a la población.

Para dejar de depender de la explotación de nuestros recursos naturales, el gobierno debe orientar sus acciones al cambio de la matriz económica con la inclusión de nuevas áreas como el desarrollo de la tecnología 4.0 del talento, la economía verde con la venta de oxígeno, inteligencia artificial, así como proyectos de producción de energía eléctrica con represas como Chepete-Bala, Miguillas, entre otros. 

El potencial del país es grande. No solo tenemos los recursos naturales no renovables, sino también nuestra economía está caracterizada por agricultura, ganadería, además del turismo.

Informes de personas vinculadas con estos sectores señalan con claridad que entre los sectores agropecuario y turismo, podrían generar unos 6.000 millones de dólares en un año, suficientes para cubrir la pérdida de ingresos por la reducción de las ventas de gas natural.

Como lo explica José Luis Farah, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), el impacto de la producción agropecuaria a corto y mediano plazo, en el aumento en las exportaciones nacionales, puede fluctuar entre 1.000 y 3.000 millones de dólares al año, y un aporte adicional al crecimiento del PIB mayor al 2%.

Para graficar estas metas, el año 2022 las exportaciones del país batieron récord con 13.200 millones de dólares, con el uso de semillas mejoradas en el agro esa cifra pudo pasar de los 15.200 millones de dólares. Lo mismo, el año 2022, el crecimiento del PIB fue de 3,48%, con el aporte de un agro con biotecnología pudo haber sido de 5,48%, añadió Farah.

El sector del turismo nacional es uno de los más afectados. En octubre del 2024, el analista Carlos Hugo Molina, remarcaba que más de una investigación remarca que en Bolivia pueden ingresar 3.500 millones de dólares al año por concepto de turismo. Los 343 gobiernos locales y las 9 gobernaciones tienen en la parte declarativa de sus planes de desarrollo del turismo como un instrumento visibilizado para generar excedente económico colectivo e incrementar fuentes de empleo formales.

Pero, los altos costos de ingreso al país y la falta de políticas efectivas para fomentar el turismo afectan al sector. Los operadores piden que el gobierno declare una política de “cielos abiertos” que facilite la entrada de aerolíneas internacionales al país. 

Bolivia cuenta con sendas alternativas para su desarrollo, las cuales deben ser priorizadas por el gobierno. Empresarios, trabajadores y la población civil en general sentimos un gran optimismo en este bicentenario que se aproxima. 

Rolando Kempff Bacigalupo es economista PhD en Relaciones Internacionales y dirigente empresarial.