Amparo Carvajal (izq.) y Debra Evia.
Brújula Digital|28|03|24|
La Jefa de Misión de la embajada de EEUU en Bolivia, Debra Hevia, destacó el legado de la presidenta de la Asamblea de Derechos Humanos en Bolivia, Amparo Carvajal y la presentó como candidata a dos importantes premios del campo de derechos humanos.
“Una de las marcas que identifican la labor de Amparo ha sido su incansable defensa de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad, como las víctimas de la trata de seres humanos y los disidentes políticos”, dijo Evia en un evento especial realizado en su residencia.
Agrego que Carvajal “también ha sido una firme defensora de los derechos de las comunidades indígenas que luchan por proteger su tierra, su cultura y su modo de vida. Amparo ha utilizado su voz y sus acciones para cuestionar el statu quo y exigir responsabilidades a quienes ostentan el poder”.
La diplomática dijo que la embajada de EEUU en Bolivia ha postulado a Carvajal a los premios Mujer de Coraje 2024 y Defensora de los Derechos Humanos 2024, los más importantes galardones que entrega el Departamento de Estados de Estados Unidos y que se entrega a aquellas personas que lograron “mejorar las condiciones de los derechos humanos incluso enfrentando grandes desafíos”.
Evia dijo que Carvajal merece ambos premios considerando que “durante más de 50 años ha dedicado su vida a defender los derechos humanos y la dignidad de todos”.
Carvajal agradeció las nominaciones y habló de la importancia de la democracia y la libertad. Durante el acto hizo un recuento de sus últimos 50 años en Bolivia. “Yo no voy a callar, porque el callar, como me dijo mi amigo Luis Espinal hace 44 años cuando lo asesinaron, en tiempos de la democracia”, es sinónimo de rendirse.
La democracia es difícil y “hay que hacerla caminando, pero diciendo ‘tú buscas una verdad’; tenemos que encontrar cuál es el camino que nos una”, agregó.
Amparo llegó a Bolivia desde España en 1971, durante la dictadura de Hugo Banzer, e inmediatamente se implicó a fondo en las luchas sociales del país. Impulsada por un profundo sentido de justicia, empezó a denunciar los abusos del régimen, arriesgando su propia seguridad. También visitó a los presos y detenidos del régimen, recordó Evia.
En 1976, Carvajal fue cofundadora de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, una organización que hasta hoy sirve de defensa contra los abusos de los derechos humanos y que en meses pasados se vio afectada por intentos del Gobierno del MAS de dividirla y debilitarla.
El año pasado realizó una toma de una terraza de su institución, una vez que la Policía la desalojó ilegalmente, y efectuó una campaña que logró interés internacional. Al final ella y el bando del Gobierno aceptaron abandonar la sede hasta que se resuelva cómo asignarla de manera legal.
“El legado de Amparo va mucho más allá de sus logros personales. A través de su liderazgo en la Asamblea, ha guiado e inspirado a una nueva generación de defensores de los derechos humanos que se han visto impulsados por su ejemplo y su inquebrantable compromiso con la causa”, agregó Evia.
Las embajadas de EEUU en todos los países pueden enviar candidaturas de defensores de derechos humanos y mujeres valientes. En 2023, por ejemplo, ganaron entre varias otras las activistas Zakira Hekmat (afgana), Alba Rueda (argentina), Danièle Darlan (centroafricana) y Doris Ríos (costarricense).
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