Los proyectos afectados son Lliquimuni Centro X1 en La Paz; San Miguel en Cochabamba; Ñancahuazu, Itacaraí, Sipotindi, Boicobo en Chuquisaca; dos proyectos en la serranía de Sararenda en Santa Cruz; Jaguar y Boyuy, Astillero y Mayaya en Tarija, este último con alta probabilidad de fracaso.
Instalaciones del pozo Boicobo, en Chuquisaca. Foto: Radar Energético
Iván Ramos
Periodismo Que Cuenta|1|03|24|
La búsqueda de nuevos yacimientos de gas natural en Bolivia se ve empañada por una serie de fracasos en el ámbito de la perforación gasífera. Con la decepcionante noticia de la fallida perforación del pozo Astillero X1 en Tarija, ya son 12 los proyectos que han culminado en infructuosos esfuerzos.
Se estima que esta cadena de desaciertos ha ocasionado pérdidas financieras que ascienden a la cifra de mil millones de dólares, generando un impacto devastador tanto para la industria energética boliviana como para la empresa estatal YPFB.
El analista en gas y petróleo, Fernando Rodríguez Calvo, ha sido enfático al valorar las consecuencias económicas de estos fallos, calculando la pérdida en mil millones de dólares, afectando una docena de proyectos gasíferos.
Rodríguez detalla algunos de los proyectos afectados, incluyendo Lliquimuni Centro X1 en La Paz, San Miguel en Cochabamba, Ñancahuazu, Itacaraí, Sipotindi, Boicobo en Chuquisaca, así como dos proyectos en la serranía de Sararenda en Santa Cruz, Jaguar y Boyuy, Astillero y Mayaya en Tarija, este último con alta probabilidad de fracaso.
"Por cada una de las perforaciones, estamos hablando de cerca de 100 millones de dólares, sumando un total de aproximadamente mil millones de dólares en total", señala Rodríguez, resaltando la magnitud del impacto económico.
A pesar de estos contratiempos, Rodríguez destaca la existencia de pequeños descubrimientos de pozos, aunque su alcance es insuficiente para compensar las reservas perdidas. "Hablamos de algo que no sirve para reponer las reservas en la magnitud de lo que exportamos o consumimos en el mercado interno", explica el analista.
Por otro lado, Raúl Velásquez, analista de la Fundación Jubileo, lamenta la falta de iniciativa en la búsqueda de nuevas reservas. "Yo creo que hay gas, pero si no buscamos, no lo encontramos", declara Velásquez, resaltando la importancia de la exploración y la necesidad de incentivos para impulsar esta actividad.
Actualmente, Bolivia produce 33,7 millones de metros cúbicos de gas por día, exportando a Brasil 14 millones de metros cúbicos diarios, a Argentina 5 millones de metros cúbicos diarios, y destinando 14 millones de metros cúbicos diarios al mercado interno.
Velásquez hace un llamado a la reflexión sobre la corta visión que ha predominado en los últimos años en Bolivia en materia energética. "Nos hemos acostumbrado en estos últimos 23 años al corto plazo, somos extremadamente cortoplacistas, porque no hemos pensado en reponer las reservas de gas", concluye el analista de la Fundación Jubileo, evidenciando la urgencia de replantear estrategias a largo plazo para garantizar la seguridad energética del país.
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