La noche del jueves, la Cooperación Suiza en Bolivia compartió los logros de su apoyo a políticas de formación técnica en el país. En un esfuerzo conjunto, 72 centros públicos de educación técnica en 42 municipios de los nueve departamentos bolivianos han sido fortalecidos.
La Embajadora de Suiza en Bolivia, Edita Vokral. Foto: APG/Francisco Riveros
Brújula Digital |13|08|23|
Vía El Diario
La embajadora de Suiza en Bolivia, Edita Vokral, señaló que el Proyecto de Formación Técnica Profesional facilitó para que más de 24 mil estudiantes que egresaron de dicho programa accedan a prácticas laborales y, con ello, facilitar su inserción laboral en distintos ámbitos y empresas.
Vokral indicó que la formación técnico profesional no solo sirvió para estudiantes varones, sino que abrió una posibilidad para que las mujeres consigan un empleo o sean formadas en áreas donde el género masculino dominaba.
¿A qué se refiere con formación técnica dentro del proyecto?
Es una formación que tiene que ver con desarrollar habilidades prácticas en diferentes rubros técnicos, como lo es la electricidad, la construcción, gastronomía, porque son áreas prácticas y no tanto teóricas. Es un modelo que tiene Suiza y que funcia muy bien en ese país, pues combina la formación técnica en aula o instituto con la formación práctica en una empresa. En Suiza estudiantes eligen esa clase de formación porque les dan varias vías, porque pueden terminar su formación técnica y son requeridos en distintas áreas.
¿El modelo de formación técnica es viable para ser implementado en Bolivia?
Sí, pero se necesita ayuda y nosotros lo vimos como una apuesta muy válida para el país, sobre todo por el alto grado de jóvenes que hay en Bolivia y por el mercado y economía donde se necesita más habilidades prácticas. Es una propuesta válida y los resultados que tenemos, son muy buenos.
Con este programa ¿cuántas personas han sido beneficiadas?
Los resultados son óptimos. Desde el 2018 al 2023, que son cinco años, más de 24.600 estudiantes formados; 8.300 estudiantes accedieron a prácticas laborales en empresas y eso hizo fácil su inserción laboral. Estoy feliz por las alianzas donde se insertó a estos estudiantes, por ejemplo, Nestlé, el Instituto Infocal que brinda prácticas laborales y hay 24 centros con servicios de intermediación laboral. Eso son buenos resultados.
¿Cuál es el papel fundamental que desempeña la educación técnica en el desarrollo socioeconómico de una sociedad?
A nivel socioeconómico, con está formación técnica solo logramos enseñarles en las áreas prácticas, sino que cuando se forman, ellos obtienen un estipendio, porque mientras se forman empiezan a desarrollar trabajos en empresas y luego, cuando obtienen su certificado, ellos obtienen un trabajo formal en las mismas u otras empresas. Además, también está la otra vía, que creen su propia microempresa familiar o colaborativa. Cuando hicimos estudios sobre si mejoró o no los ingresos, nos dimos cuenta más de 7.800 egresados habían incrementado sus ingresos en alrededor 699 bolivianos, que eran gracias a una formación técnica mejorada.
Eso es una muestra de validez de que una formación técnica profesional es favorable para los ingresos de los estudiantes.
¿Cuáles han sido los principales resultados obtenidos hasta la fecha con el proyecto de formación técnica profesional en Bolivia?
Una de las principales ha sido la inserción laboral, la formación de más de 24 mil estudiantes, hemos apoyado a 72 centros públicos con materiales, apoyo técnico en docentes.
¿Qué montos han sido invertidos en dichas acciones?
En los últimos cinco años hemos invertido 22 millones de dólares para todas las mejoras y pues ese proyecto tenía una duración de 17 años y en esos años hemos invertido 53 millones de dólares.
¿El proyecto tuvo enfoque de género?
Sí, eso es lo más llamativo de los resultados de los programas. Cerca del 58% de los egresos corresponde a mujeres, quienes, además, ampliaron en 18% su participación en carreras industriales. Es decir, las mujeres se empoderar en ámbitos donde dominaban los varones.
Hay mujeres que se formaron en electricidad, mecánica y chapistas. Entonces, el enfoque de género sí hubo en el proyecto.
También se debe a que se consolidaron 17 centro de cuidados de niños para facilitar la participación y permanencia de las mujeres en su formación técnica. Fue una facilidad dejar a los niños en esos centros y que las mujeres puedan formarse. Así ayudábamos en la formación de las madres y padres y también de los niños, porque los centros estaban equipados para eso.
¿Cómo ha sido la cooperación entre Suiza con Bolivia en este proyecto?
Fue muy provechosa. Hemos tendido lazos con el Ministerio de Educación, porque sin ellos no hubiera sido un programa sostenible, porque los centros que mejoramos ya estaban ahí, ya existían. Nosotros pusimos los materiales y el Ministerio apoyaba. La base de este proyecto ha sido la sostenibilidad entre el Ministerio de Educación y Suiza, además con el sector privado que abrió las puertas para la inserción de varios egresados de este proyecto.
Conocemos que ayer se cerró ya el proyecto, ¿por qué concluyó el programa?
Estuvimos 17 años en Bolivia con este proyecto. Estuvimos 54 años con la cooperación bilateral y las metas que nos hemos puesto han sido concluidas y alcanzadas. Estamos saliendo de Bolivia, pero vamos a buscar otras modalidades de cooperación. La salida ha sido decidida por el Parlamento Suizo, porque Suiza se retira con su cooperación bilateral de toda América Latina, para poder más esfuerzos en países más desfavorecidas como lo es África.
Sin embargo, nos vamos a quedar con proyectos más regionales como lo es este programa de la Formación Técnico profesional, porque este modelo es una apuesta para mejorar la economía.
BD/MC