La estatal petrolera señala que es para evaluar nuevo potencial hidrocarburífero, experto ve desesperación en el Ejecutivo por encontrar hidrocarburos
Pozo Astillero X1 en la Reserva de Flora y Fauna Tariquía. Foto: YPFB
Brújula Digital |01|04|23|
Con una inversión aproximada de USD 67 millones, YPFB Chaco S.A., subsidiaria de YPFB Corporación, inició la perforación exploratoria del pozo Astillero X1 (AST-X1), en la Reserva Natural de Flora y Fauna Tariquía del departamento de Tarija, a pesar de la resistencia que hubo de comunidades campesinas. Experto advierte desesperación del Gobierno por encontrar hidrocarburos.
De acuerdo a la información de la estatal petrolera, el propósito es evaluar el potencial hidrocarburífero de las Formaciones Huamampampa, Icla y Santa Rosa en la Estructura Astillero-Domo Tarija.
“Con el objetivo de incrementar y reponer nuestras reservas de gas, estamos explorando la presencia de hidrocarburos en esas formaciones profundas. El 24 de marzo de la presente gestión se inició la etapa de perforación de este pozo que prevé una duración de 374 días”, informó el presidente interino de YPFB, Armin Dorgathen.
El operador del prospecto exploratorio tiene a cargo el Contrato de Servicios Petroleros del Área de exploración Astillero donde se visualiza un potencial recurso de gas in situ de 2 Trillones de Pies Cúbicos (TCF) y un volumen recuperable de 1 TCF.
En el período inicial de exploración, se tiene previsto que el pozo AST-X1 alcance la profundidad de 6.200 metros en un plazo de 374 días. De salir positivo el proyecto AST-X1, confirmaría la presencia de hidrocarburos en la estructura Astillero-Domo Tarija para una posterior delimitación de la extensión de estructura, con la perforación de pozos delimitadores y un posterior desarrollo.
El proyecto AST-X1 contempla actividades de prospección exploratoria en tres fases durante los próximos siete años en el área desplegada en una Zona Tradicional Hidrocarburífera, ubicada en las provincias Arce y Gran Chaco del departamento de Tarija.
Según YPFB, las actividades del proyecto que forma parte del Plan de Reactivación del Upstream (PRU), se ejecutaron en apego estricto a la normativa ambiental vigente en coordinación con las autoridades locales, la Dirección de la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía y autoridades ambientales competentes.
"Las políticas socio ambientales que encara la estatal petrolera contribuyen al desarrollo de las comunidades que forman parte del área de influencia de las operaciones de los proyectos del Área Astillero", señaló.
Sin embargo, ambientalistas, académicos y colegios de biólogos han advertido de los serios riesgos de impacto ambiental en cuencas hídricas que alimentan no sólo el área rural, sino también a la propia capital de Tarija.
Flexibilización normativa para la actividad petrolera
El Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib) a través de su investigador, Jorge Campanini, advirtió que la segunda oleada normativa aprobada por el Gobierno a través de decretos y resoluciones ministeriales en 2022, no sólo flexibiliza las condiciones para la exploración y explotación hidrocarburífera con cambios en Ley 3058, sino también, que pone en mayor vulnerabilidad a territorios indígenas y áreas protegidas.
“Hay un gran riesgo para zonas ecológicamente sensibles, el que sean territorios indígenas o áreas protegidas ya no son un límite, y hay una posibilidad muy grande de que se pueda repetir situaciones similares a las ocurridas con el Bloque Nueva Esperanza”, señaló el experto.
Campanini hizo alusión a los hechos ocurridos el 2016 cuando la china BGP, contratada por YPFB, ingresó al Bloque Nueva Esperanza ubicado en la cuenca del Río Madre de Dios, al Norte del departamento de La Paz, para realizar tareas de exploración sísmica, afectando presuntamente a un pueblo en aislamiento voluntario, probablemente Toromonas.
“Esta crisis estructural del sector ha dado paso a esta segunda oleada de transformación normativa que está permitiendo que los requisitos para explorar y los límites para hacer trabajos hidrocarburíferos sean menores, y en estas condiciones son las comunidades indígenas, las áreas protegidas las que salen perdiendo”, afirmó.
Citó como ejemplo, el ingreso de actividades petroleras a la Reserva Natural de Flora y Fauna Tariquía, a pesar de la oposición de las comunidades afectadas, así como también las actividades en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Aguaragüe en El Gran Chaco de Tarija o el pozo Mayaya X1 en el área Lliquimuni del departamento de La Paz, ubicado en una zona no tradicional.
BD
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