Bolívar rozó la clasificación a cuartos, pero la fortuna no estuvo de su lado. En Brasil una pelota dio en el palo largo y a los 90’ le cayó el segundo gol; en Bolivia, dos grandes tiros de Bruno Savio y de Henry Vaca no entraron por “culpa” del travesaño.
Bruno Savio se esfuerza yendo al piso para quitar la pelota. Foto: APG
Brújula Digital, Premium|22|8|24|
Si Bolívar lamentó el travesaño en el Maracaná de Río de Janeiro, donde un cabezazo de Yomar Rocha no fue gol porque la pelota dio en ese palo del arco del Flamengo, mayor fue su bronca por los dos rebotes de la pelota en el larguero del Hernando Siles de La Paz este jueves.
En buenas cuentas fueron tres pelotas en los maderos que le impidieron a la Academia clasificarse a los cuartos de final de la Copa Libertadores de América.
En Río el partido estaba solo uno a cero y no era un mal resultado, lo de Rocha pudo ser el tanto del empate que no se dio. Para colmo de males, a los 90 minutos llegó el segundo del Flamengo y puso un poco más alta la vara para la revancha en Miraflores.
En el Siles, Bolívar no tuvo muchas situaciones de gol, pero fueron las suficientes como para revertir el score como necesitaba, sin embargo, otra vez la suerte no estuvo de su lado, sino que favoreció a Flamengo.
Aparte de un gol de cabeza, a pase de Fabio Gomes, el también brasileño Bruno Savio hizo una gran jugada personal internándose por la derecha y después de sacarse a dos hombres de encima fusiló, sin embargo, tras rebotar en un zaguero la pelota dio en el palo largo.
No fue toco porque acto después le tocó a Henry Vaca buscar un espacio y mandar un misil, que de nuevo pegó en el palo del arco norte, delante de la hinchada académica que no lo podía creer como tampoco los jugadores.
Fueron las acciones más claras que tuvo Bolívar como para cambiar la historia. No se le dieron y terminó eliminado de la Copa Libertadores a manos del Flamengo, que en global se impuso por 2 a 1.
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