Cultura | 22/05/2022 06:00
Killing Eve
Killing Eve es otra de las series televisivas icónicas, estrenadas en los últimos años. Consta de cuatro temporadas cada una de las cuales está compuesta por ocho capítulos. Su productora es Sally Woodward y la encargada para adaptarla a la televisión ha sido Pjoebe Waller – Bridge.
Killing Eve es una serie europea. Foto: gruoosadeal.com
Por: Rodrigo Ayala Bluske/Tres Tristes Tigres
Killing Eve es otra de las series televisivas icónicas, estrenadas en los últimos años. Consta de cuatro temporadas cada una de las cuales está compuesta por ocho capítulos. Su productora es Sally Woodward y la encargada para adaptarla a la televisión ha sido Pjoebe Waller – Bridge.
Hay tres elementos que se superponen uno encima al otro en forma envolvente y que vuelven extraordinariamente atractiva a la serie: en primer lugar, su estilo narrativo, en segundo lugar la dupla antagonista – protagonista, encarnada por Sandra Oh (Eve) y Jodie Corner (Villanelle), y en tercer lugar el personaje específico de Villanelle, sin duda una de las psicópata (o)s más interesantes, de los muchos que han poblado el cine y la televisión en las últimas décadas.
Killing Eve es una serie marcadamente europea, que parte del Reino Unido, y que rápidamente se va expandiendo a locaciones en lugares tan diversos como Austria, España, Rusia, etc. A momentos da la impresión que la Europa de Killing Eve fuera una versión remozada de la de Stefan Zweig con palacios y casonas republicanas, sus callecitas de estética centro europea, etc. Los colores pastel que marcan la decoración y el vestuario y que también se reproducen en los enormes carteles característicos de la serie, nos hablan de una construcción sofisticada. Ese marco visual entronca perfectamente con los personajes estrafalarios (tendencia que se acentúa temporada a temporada), las situaciones extremas y las fuertes dosis de humor negro y crueldad, que, en muy escasos, pero precisos momentos, se ven atemperados por alguna pincelada de ternura.
Varias reseñas describen la trama de Killing Eve como la de la “persecución del gato y el ratón” (es decir la persecución que evidentemente en varios segmentos de la trama lleva adelante Eve para atrapar a Villanelle), pero la afirmación no es cierta. En realidad, el potente motor de la misma es la de la fuerte atracción emocional – sexual que se da entre ambas mujeres. Eve es la funcionaria burócrata aburrida que teniendo un matrimonio y un trabajo estables ansia dar emoción a su vida, Villanelle es la psicópata amoral, cruel, caprichosa y excéntrica. Las normas establecidas se rompen desde el planteamiento mismo de la relación, en el momento en que Villanelle asesina en forma cruel al jefe, especie de amoroso padre espiritual, de Eve, y esta, a pesar de ello, no puede evitar el sentirse obsesionada y finalmente atraída sentimentalmente por su contrincante. El recorrido de las cuatro temporadas entonces no es de la persecución de la una a la otra, sino más bien de las maneras retorcidas en que estos personajes opuestos van tratando de obstaculizar el hipotético encuentro final.
El primer hito del psicópata “agradable” fue construido mediante el doctor Hannibal Lecter en el clásico de Jonathan Demme El silencio de los inocentes de 1991), desde ese momento hemos tenido una variedad de personajes con este raso psicológico, “buenos”. Un ejemplo de este planteamiento es de la serie de televisión Dexter (2006-2013), en la que el protagonista del mismo nombre pone su “desviación” al servicio de la justicia victimando a criminales.
No es el caso de Villanelle. La gran habilidad de lo(a)s guionistas en este caso es el de no haber edulcorado en modo alguno la crueldad y lo que podríamos denominar la “maldad” de la supuesta villana. Más bien, lo que logran es hacernos comprender, “naturalizar” de alguna manera, la conformación de su personalidad. Villanelle está más allá del bien y del mal simplemente porque no entiende estos conceptos; en su radar solo se encuentran su egocentrismo, sus sentimientos retorcidos y finalmente la atracción obsesiva hacia Eve, único elemento que a momentos logra atemperarla. Hay momentos en que Villanelle siente curiosidad acerca de los sentimientos de la gente “normal”: amar a un niño, acercarse a su familia, integrar un grupo religioso, sin embargo, cada vez en que intenta adentrarse en esos terrenos todo conduce hacia la tragedia sangrienta. Jodie Corner logra interpretar a este personaje vivaz y retorcido en forma brillante; gracias a su actuación en la serie ha dado el salto a películas importantes como Free Guy (2021) y El ultimo duelo (2021), y a menos que ocurra algún imponderable, queda claro que se consolidará como una de las grandes actrices de la época.
Tal como ocurre en muchos de estos casos, la unanimidad respecto a la calidad de la serie ha ido disminuyendo en la medida en que avanzaban las temporadas, y es verdad que probablemente la cuarta sea la que mayores problemas presenta, debido por una parte al desgaste de varios de los excelentes personajes secundarios y por otra a lo complicado de la resolución final del planteamiento. Sin embargo, a nuestro juicio la propuesta cumple con lo fundamental: el no traicionarse a sí misma, ni en la atracción natural de las protagonistas, ni en el sino trágico que conlleva.