A 25 años de la muerte de Hugo Boero Rojo, su mensaje todavía resuena: “Que la gente se deje conocer para ser conocida, para ser incluida.”
Hugo Boero Rojo. Foto: cortesía de la familia
Por: Mauricio O. Ríos
Brújula Digital |17|04|22|
Oxford, UK
El pasado 4 de abril se cumplieron 25 años desde la muerte de Hugo Boero Rojo, el artífice de la enciclopédica obra Bolivia Mágica y de tantas otras en el campo del periodismo, la literatura, el cine y la arqueología.
En una conversación con Mauricio O. Ríos para Desde Afuera, un espacio de conversaciones con bolivianos y bolivianas que viven alrededor del mundo, Hugo César, hijo de Boero Rojo y Sonia Kavlin de Boero, rememora los años vividos con su padre, el legado que éste le dejó a él y al país, y que todavía sigue resonando, y otras dimensiones más, tal vez menos conocidas, de la vida del investigador.
“He tenido el privilegio de estar cerca de él, muy cerca siempre,” recuerda Hugo César al comentar una foto de un momento íntimo con su padre. “Ese abrazo era parte de mi cotidiano, era un lujo poder abrazar a un hombre tan acogedor.”
Boero Rojo, catedrático en las carreras de comunicación y turismo, fue un hombre multifacético cuyos reconocimientos incluyen el Cóndor de los Andes, el premio nacional Erich Guttentag por su novela La Telaraña, y otros premios internacionales en cine por documentales o películas como El Lago Sagrado.
“Es una persona que sigue resonando todavía dentro de lo que significa muchos procesos de la vida nuestra, así sea desde el silencio,” dijo Hugo César al marcar el vigésimo quinto aniversario de la muerte de su padre a los 67 años en 1997.
Para Hugo César, su padre puso de relieve las virtudes de Bolivia en un momento en que el país le dolía mucho, y aportó, junto a su esposa Sonia, gran parte de lo que significa el “prestigiamiento” de las culturas andinas. Esto quiere decir darlas a conocer de una manera más académica pero también para un público más amplio.
Un recuento reciente de la obra de Boero Rojo para el diccionario de autores de la Academia de la Lengua identificó 15 libros, siete películas, publicaciones en varios periódicos, y la dirección de revistas de análisis político como parte del conjunto de la obra del autor.
“Yo creo que realmente (mi padre) es una persona que ha vivido cada momento de su vida de manera intensa, no? De tal manera que no es una persona que haya tenido un solo logro y una sola satisfacción. Ver cada revista en sus manos era un logro y una satisfacción, tú sabes lo que es publicar, lo que es producir. Ver cada libro en las manos naciendo es una satisfacción (…)”
Y una de las últimas satisfacciones de Boero Rojo, según Hugo César, fue convertirse cada vez más en un arqueólogo, particularmente con la identificación de una potencial nueva forma de arte o cultura en el sur del país. Un trabajo que todavía está en proceso de visibilizarse.
Para Hugo César, su madre Sonia también jugó un papel fundamental en el desarrollo de la carrera de su esposo, y ella misma hizo aportes importantes cosechando logros propios como productora de cine entre otras labores que también cumplía en los proyectos intelectuales de la pareja.
En el contexto de un país “donde nadie quiere entenderse con nadie,” explica Hugo César, en parte debido al grado de descentralización y autonomía existentes, los esposos Boero Rojo se abocaron a buscar los elementos de entendimiento, a través de Bolivia Mágica, de la literatura, y el resto de su obra.
Consultado sobre cómo sus padres verían la actualidad en Bolivia, incluyendo la llamada revolución cultural y proceso de cambio, Hugo César señala que Boero Rojo invitaría a que “la gente se deje conocer para ser conocida, para ser incluida. Y que se anime a pedir el conocimiento del otro para poderlo incluir, para ser posibilidad y camino del otro. Y viceversa. Para ser la paz del otro. Si yo te conozco te dejo prosperar, te ayudo. Si no te conozco eres una incógnita, y hasta puedo verte como enemigo porque estoy presuponiendo. Eso es importante. Yo creo que eso es algo que habría que decirlo a su nombre, y al mío también.”
En breve, recalca Hugo César, en Bolivia “Hay que crear puentes por encima de las diferencias, puentes que permitan las diferencias; (…) que inviten a construir, y a prosperar. (…) Ser posibilidad y ser posibilitado por el otro, a través del conocimiento.”*Mauricio O. Ríos es consultor internacional en comunicación estratégica y prevención de conflictos. Está asociado con la firma Conflict Management Consulting. Radica en Oxford, Reino Unido. Trabajó para varios organismos incluyendo la OEA y el Banco Mundial. Dirige y es anfitrión del programa de entrevistas “Desde Afuera”, iniciativa apoyada por Brújula Digital. Puedes contactarlo vía Twitter: @quinoa_man.
BD