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Cultura | 27/03/2022   09:01

Merecida candidata a varios premios

Belfast

Luis Antonio Serrano

Belfast (Reino Unido, 2021).

Como en toda obra de arte, en esta película se nota el cuidado puesto en todos los detalles hasta el extremo del mayor esmero posible.

Belfast a fines de los años 60, allí la violencia y discriminación que sufren los católicos. Es el lugar y circunstancias en medio de las cuales se desarrolla esta historia que uno mira sin pestañar con tanta admiración como deleite.

El director del filme, Kenneth Branagh, admite que es el más autobiográfico que ha hecho, y no cabe duda de ello, nació en Irlanda del Norte en 1960 y para sus nueve años los hechos públicos que afectaban su vida familiar son los que vive Buddy, el niño que es el centro de una historia en la que la ternura y el amor se abren campo frente a la violencia.

Belfast se inicia con imágenes a todo color de la ciudad en los días actuales, pero luego cuenta la historia en blanco y negro, casi a lo largo de la hora y media que dura este largometraje, excepto en contados momentos en los que las imágenes muestra algo ajeno a la vida “real” de los personajes, como las películas en cine o las series en televisión.

El uso del blanco y negro habilita al director ofrecernos un verdadero banquete de la belleza humana. Usa muchos primeros planos y planos medios en los que el contraste que permite la técnica empleada resalta los rasgos de los personajes: las pecas del niño, los ojos de su madre, las arrugas de la abuela; todo en tal alta estética que podría uno tomar al azar cualquier fotograma del filme imprimirlo y enmarcarlo.

Por un lado está esa poderosa fotografía, pero la música también es esencial en este filme. Como en la memoria de cualquier persona, las etapas de la película propia de cada quien tienen canciones, tienen éxitos musicales, y eso pasa en Belfast; porque en buenas cuentas es el recuerdo feliz de la vida de un niño y su familia.

Y cierro con esa palabra: Familia; porque es la familia, a ese espacio espiritual en el que el ser humano encuentra paz, consuelo y felicidad al que Branagh le rinde tributo con una verdadera obra de arte que merece muchos premios, pero en especial el de ser aplaudida por todos los cinéfilos del mundo.





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