98 Segundos Sin Sombra se basa en la novela homónima de Giovana Rivero, llevada al cine, con las limitaciones y posibilidades que ofrece este arte.
Por: Luis Antonio Serrano
Del buen cine que al verlo uno siente la emoción que provoca el arte. Es boliviana. Estuve en su premier en La Paz y no puedo sino aplaudirla y recomendarla con entusiasmo.
98 Segundos Sin Sombra se basa en la novela homónima de Giovana Rivero, llevada al cine, con las limitaciones y posibilidades que ofrece este arte, una obra que en las páginas impresas cuenta con tantos escenarios y apariencias de los personajes como lectores pueda tener. Tremendo desafío para Juan Pablo Richter, director de la película, del que sale más que airoso y hasta diría que logra resaltar el valor literario de la novela, al punto que quienes no la tuvieron antes en sus manos, después del ver el filme, seguro la buscarán pronto en alguna librería.
En el filme, la acción cuenta la historia, pero al igual que en la obra escrita, la protagonista narra, en primera persona y en el mismo tono desenfadado y crítico a la vez que caracteriza a Giovanna Rivero, su relación con el mundo que la rodea, allí donde vive, en un pequeño pueblo del oriente boliviano. Entonces uno tiene la oportunidad incomparable de disfrutar de un magnífico producto audiovisual y de tener en los oídos el sabor de la obra original.
El rol protagónico de 98 Segundos Sin Sombra, el de Genoveva, está a cargo de una novel actriz, Irán Zeitun, que hace un trabajo formidable. Y como ella, todos los actores nuevos, y con poca experiencia, aportan con derroche de talento y con interpretaciones muy asumidas de los roles que les corresponden. Me sucede con esta película, como con otras en que participan o bien actores que se interpretan a sí mismos o que están en sus primeros pasos, que la obra gana en verosimilitud y en frescura.
El trabajo de la Dirección de Arte en 98 Segundos Sin Sombra, me merece un elogio especial; crea unos ambientes de alta estética y muy expresivos en todas las escenas del filme en que es requerida su intervención.
Hay un equilibrio perfecto entre todos los factores que crean 98 Segundos Sin Sombra: La historia, las actuaciones, la fotografía y la música que, vale la pena destacarlo, en una escena presenta a una banda pop ficticia, de sonido y look muy propios de los años ochenta que es cuando sucede la acción.
98 Segundos Sin Sombra, seguro que además de dar satisfacciones a quienes participaron en su creación será un motivo de sentir orgullo por nuestro cine. No dejen de verla.