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Cultura | 18/11/2021   13:27

Simón Vergara, el joven colombiano que anda en mulas por Sudamérica

Vergara es domador de caballos y emprendió el viaje el 9 de enero, con el objetivo de conocer las tradiciones de los pueblos que se concentran en el Qhapac Ñan.

Simón Vergara, el colombiano que viaja por Suramérica a lomo de mulas en el lago TiticacaFoto/Simón Vergara

Brújula Digital |18|11|21|

“Inició como un sueño”

Emprendió un viaje desde su natal Colombia el 9 de enero de esta gestión y ahora, Simón Vergara, el joven de 23 años, se encuentra en la localidad de Río Abajo de la ciudad de La Paz, reposando juntos a sus mulas Cimitarra y Pluma de Oro , hasta el lunes, cuando emprenderá nuevamente su viaje hasta llegar a Argentina.

En una entrevista con Brújula Digital, Vergara contó que el viaje “inició como un sueño” y que ahora va en una etapa de desarrollo y que terminará en enero del 2022. Así el joven bogotano habrá realizado una travesía por Sudamérica, exactamente por el Camino del Inca, conocido también como Qhapac Ñan, que pasa por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina. El recorrido completo toma alrededor de un año y medio, suma más de 8.000 kilómetros.

“Este viaje lo inicié como un sueño y lo hice para poder conectar a las naciones hermanas”, dijo en la entrevista con el medio digital.

Ya han pasado diez meses y nueve días y 6.500 kilómetros desde que Vergara salió de su hogar en Cundinamarca, en Colombia. Explicó que su motivo es unir las tradiciones que tiene los países por los que se extiende el Qhapac Ñan. “Quiero visibilizar a la gente, sus costumbres, yo soy un joven del campo y quiero que los demás los vean. La gente del campo, por varios factores, no es visibilizada. La gente de la ciudad ha perdido esa esencia: la moto ha reemplazado al caballo, y muchos han reemplazado el hablar por el mensajear”, contó Vergara.

“Mis tres amores”

Vergara dijo que su familia le inculcó el amor por los caballos, pero que eligió mulas para emprender su viaje por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina. Y que sus “amores”, Cimitarra y Pluma de Oro lo acompañan cada día que despierta en algún lugar donde descansa.

“La hembra se llama la Cimitarra, porque la compré en el municipio del mismo nombre allá, en Colombia. Y el macho se llama Pluma de Oro, porque es hermoso, tiene su pelaje dorado” -dijo a Brújula Digital-, “Este continente se ha hecho a lomo de caballo. Lo usaban como transporte, para conquistar, para liberar las naciones. Yo quiero rescatar eso”.

En una entrevista con la Revista Diners, de septiembre de este año, el joven cabalgante, explicó que Antisana, su tercera mula, se unió a su pequeña caravana en el país de Ecuador. Sin embargo, la misma ya no está con él en el trayecto que falta hasta llegar a Argentina.

Explicó que escogió a esos animales porque son más adaptables a los terrenos, porque ellos pueden pasar por climas cálidos y fríos, porque soportan los cambios de altura. “La mula es un animal híbrido entre una yegua y un burro, por lo que hereda comportamientos e instintos de las dos especies. Parecen tercas, pero no es así, sino es una sensibilidad extra. Las mulas son animales demasiado adaptables y por eso las escogí para el viaje”, dijo a la Revista Diners.

“Me veían como doctor”

Además de sus “tres amores”, Vergara contó que los pueblos donde paraba a descansar, muchos de ellos no se habían vacunado porque estaban alejados de la ciudad y que los mismos no conocían del coronavirus. Dijo que varias de esas poblaciones lo veían como un “bicho raro” y en algunas regiones, llenas de vegetación, lo veían como un guaquero (como una persona que se dedica ilegalmente a buscar tesoros en las tumbas y yacimientos arqueológicos de la época prehispánica) y que también lo veían como doctor.

“En algunos lugares, me ven como el bicho raro, como un geólogo, como un médico que va a sanar sus dolores o me ven como un guaquero, que buscaba tesoros indígenas. Cuando me veían así, no era bien recibido, pero me acercaba y les contaba lo que quería hacer. Cuando llegaba a los pueblos, yo les contaba historias, mostraba fotos y vídeos, así me ganaba la confianza y ellos se abrían y me daban comida y hospedaje”, contó en la entrevista.

El colombiano de 23 años dijo que los había cumplido el 4 de septiembre, cuando se encontraba en Chiquián, en Perú, provincias de Ancas.

BD/MC





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