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Sociedad | 06/09/2019

Revolución femenina: En Bolivia se titulan de las universidades más mujeres que hombres

Revolución femenina: En Bolivia se titulan de las universidades más mujeres que hombres

Fachada de la UMSA.

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Maité Lemus

En Bolivia han empezado a titularse cada año más mujeres que hombres. También existen en las universidades más mujeres estudiantes que varones. Lo que ello implica para el país está todavía por verse, pero sin duda generará cabios sociales importantes: es posible que en muchos hogares, pese a la discriminación laboral existente, la mujer será en el futuro la que obtenga mayores ingresos que los hombres.

En 2017 había 475.137 estudiantes en las universidades del sistema (todas las estatales más la Universidad Católica Boliviana y la EMI). De ese total, 234.861 eran varones y 240.276, mujeres, es decir el 51%. Hace una década, las mujeres representaban el 47% del total, de acuerdo a datos estadísticos del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB).

El grado de titulación de mujeres es mayor al número de estudiantes. Si un 51% eran mujeres, en 2017 se titularon el 53% del total, es decir que las mujeres tienen un índice de titulación mayor al de los varones.

En 2006 se titularon 16.953 personas, de las cuales 46,8% eran mujeres. En 2017, el 55,5% correspondía a las féminas y el 44,5 a los hombres. Entre 2006 y 2017 se titularon 145.000 mujeres, es decir 54,3%, versus 122.000 hombres, 45,7%.

Los datos del CEUB expresan que entre los años 2006 y 2017 las mujeres se han ido titulando progresivamente más que los varones.

Las mujeres, en el periodo 2006-2017, estuvieron más presentes en las siguientes áreas de conocimiento: ciencias de la salud, ciencias sociales y humanidades y ciencias económicas. Los estudiantes hombres son más numerosos en ciencias puras y naturales, ingenierías, tecnologías y ciencias agrícolas.

Derechos de las mujeres

Sonia Montaño, socióloga y activista feminista, fundadora del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer (CIDEM), mencionó que el acceso a la educación es una tendencia que se registra en las últimas décadas.

Dijo que las mujeres acceden a casi todos los ciclos escolares más que los varones. “La deserción escolar en todos los ciclos desde hace mucho tiempo es mayor para los varones que para las niñas, ¿por qué?, porque había una paradójica protección, la escuela es un lugar seguro” y los padres preferían que las niñas se queden más en las aulas.

En cuanto a la educación superior dijo que con el pasar de los años el acceso de las jóvenes a las universidades ha ido ampliándose sistemáticamente.

“Es un fenómeno internacional que las universidades se van llenando de mujeres, también se gradúan más y tercero, logran mayores calificaciones de excelencia prácticamente en todas las carreras a las que acceden”, sostuvo Montaño.

Las razones

Montaño no cree que se puede afirmar que las mujeres sean más inteligentes que los hombres: “la razón es que, para una mujer, la profesión es el camino hacia la autonomía. El camino anterior era el matrimonio, para liberarte de tus padres y conseguir otra sumisión, la del esposo. En cambio ahora las jóvenes buscan una profesión porque es la forma en la que van a tener una vida más plena”, dijo Montaño.

Con ello coincidió María Elena Lora, responsable de orientación vocacional de la Universidad Católica Boliviana (UCB) y coordinadora del doctorado en la carrera de psicología. “Las mujeres van logrando una conquista cada vez más fuerte de libertad y autonomía. Tienen mayor compromiso en el tema de cómo se perciben y representan ellas profesionalmente. Del lado de los varones es más natural que sean profesionales”, dijo.

Mencionó que en la carrera de psicología de la UCB, más mujeres que hombres logran las titulaciones con excelencia, aunque no existen estudios detallados de por qué se da esto. También las estudiantes terminan la carrera más rápido, “quizás porque muchas de ellas ingresan a la universidad pasados unos años después del bachillerato y son más maduras”.

El varón, en cambio, que tiene más presiones laborales, muchas veces empieza a trabajar sin titularse o incluso dejando sus estudios a medias.

Más mujeres, pero problemas con el salario

Gonzalo Chávez, director de Maestrías para el Desarrollo de la UCB, dijo que la sociedad se está tornando más igualitaria y que las mujeres están invirtiendo más en capital humano. “Ellas muestran que tienen todas las condiciones para ser profesionales en todas las áreas. Yo creo que es una señal muy importante y muy positivo”, manifestó.

Sin embargo, Chávez hizo notar que el desafío está en que las mujeres ingresen posteriormente al mercado laboral y tengan las mismas condiciones que los varones. “Eso es un desafío que aún se tiene que cambiar de manera significativa y para ello significan transformaciones profundas, por ejemplo que exista la ‘licencia de paternidad’ para que cuando las esposas tengas hijas o hijos, los padres puedan salir y dividir el trabajo de la crianza, eso ayudaría que las mujeres puedan seguir trabajando”.

Contó que los hombres todavía ganan más que las mujeres por realizar trabajos iguales.

Coincide en ello Sonia Montaño. Considera que una vez que las mujeres se gradúan viene el lado “un poco oscuro”. “¿Qué les pasa cuando salen al mercado de trabajo? Ahí hay una ineficiencia de las políticas públicas muy grande reduzcan las brechas salariales, de oportunidades y de promoción”, dijo.

Explicó que hay dos fenómenos en el mundo del trabajo: Hay un momento en el que la mayoría de las mujeres tocan “el techo de cristal” y ya no pueden llegar a las cúpulas empresariales, es decir que no pueden ocupar cargos altos por los prejuicios que existe hacia la mujer.

“Y hay otra teoría que todavía es más pesimista que te dice ‘el piso pegajoso’ o sea ni siquiera puedes despegar para llegar al techo de cristal”, mencionó.

Es decir que no pueden aprovechar todas las oportunidades laborales porque ya empieza a surgir una condición que es la familia, los riesgos, el cuidado de los hijos y las posibilidades de desplazamiento de ellas no es igual al de los varones.

Por ejemplo, dijo, si a una mujer le ofrecen un trabajo mejor pagado en el interior “pero tiene un bebé y una pareja, ahí va a pensar dos veces antes de aceptar esa oportunidad laboral. Para el hombre es diferente. Puede ir donde sea y volver a su casa el fin de semana”.



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