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Sociedad | 29/09/2018

Hablemos del porno

Hablemos del porno

"Garganta profunda" la primera película porno de difusión masiva.

Brújula Digital, 29|9|18
Jerussa Pozo
La pornografía, su omnipresencia y fácil acceso son una realidad. Se plantea que en los primeros años de internet en la década de los 90, la pornografía fue la que la impulsó enormemente, ya que si no fuera por los productores que presionaron tanto por su difusión, internet no sería lo que es hoy. 

Cada segundo hay tres millones de usuarios buscando pornografía en internet y cada 39 minutos se crea un video porno en Estados Unidos, o sea que hay mucha gente que es grabada teniendo sexo.

Dentro de la pornografía en internet y la pornografía en general se han ido generando cambios: primero se subían a la red películas porno, pero ahora personas comunes y corrientes publican sus propios videos amateur. También hay personas que tienen sexo en vivo y se accede a verlas mediante “streaming” (el sitio más popular es kink.com).

Remontémonos a los inicios. Una vez creado el cine por los hermanos Lumiere, la idea de proyectar erotismo y escenas subidas de tono no tardó mucho en llegar, y contrario a lo que se piensa, la historia de la pornografía en el cine es casi tan antigua como el cine mismo.

Dos de los primeros pioneros fueron Eugène Pirou y Albert Kirchner (este último es recordado por dirigir “La Pasión de Cristo” de 1897).

Cada país tiene su estilo

El tipo de pornografía es un reflejo de la sexualidad y los tabúes de cada país. El mejor ejemplo de esta premisa es Japón, ya que la industria de contenido erótico representa entre el uno y tres por ciento del producto interno bruto de ese país. Lo más representativo de la cultura japonesa es el “hentai”, que es un género pornográfico a partir del manga y es a partir de estas caricaturas japonesas que se produce la variedad de contenidos más extrema en dónde existe fascinación por la mujer sumisa. Irónicamente, Japón es un país conservador.

Por otra parte, los suecos se muestran más progresistas, ya que actualmente está muy vigente la “pornografía feminista”, a cargo de la pionera directora de películas pornográficas para mujeres, Erika Lust. Según ella, el contenido pornográfico que se encuentra en internet es bastante “chocante” porque es “hecho por hombres para satisfacer a hombres”.

Lust afirma que “la pornografía dirigida hacia mujeres es más amigable, tiene más trama, más introducción, y la gran diferencia entre esta y la pornografía común, es el placer real de la mujer. La pornografía común resulta ofensiva y violenta y no tiene nada que ver con la sexualidad femenina”.

La directora afirma que su objetivo principal es crear un cine adulto con valores y buen gusto, por lo que podría decirse que su estilo dista mucho de la historia del “repartidor de pizza” o del “plomero que llega para arreglar las cañerías” y terminan teniendo sexo con la dueña de casa.

Entonces ¿es posible generar contenido pornográfico que aporte positivamente a la sociedad? Según la directora sueca, sí lo es.

Por otra parte, el lado oscuro de la industria es amplio porque incluye trata de personas, consumo de drogas, abusos, violencia, lavado de dinero, etc.

Garganta profunda

Linda Lovelace es recordada porque fue la primera mujer que se volvió famosa por tener sexo en una película de carácter masivo. El filme era “Garganta profunda”, de 1972, que para muchos es algo así como “La Guerra de las Galaxias” de la industria pornográfica, y fue tal su popularidad que personajes como Jack Nicholson y Jackie Kennedy fueron al cine a verla.

Pero esta película tiene un lado “b”, ya que, con el tiempo, Linda Lovelace confesó que filmó muchas de las escenas en contra de su voluntad ya que fue forzada por su marido y su manager, y que incluso algunas secuencias las filmó siendo apuntada por una pistola por su esposo. Lovelace se unió a grupos feministas y empezó una lucha en contra de la industria pornográfica. Murió en 2002 en un accidente automovilístico.

La llegada al mercado de las videocaseteras, a mediados de los años 70, popularizaron las películas porno de manera explosiva. Las personas podían ver, en la intimidad de su hogar, las películas que quisieran. Una de las primeras en popularizarse fue, precisamente, "Garganta profunda".

Y en casa ¿cómo estamos?

Si bien, en Bolivia el tema sigue siendo tabú, y no tenemos una industria pornográfica como en otras partes (el cine boliviano sigue desarrollándose), mucho se habla de películas amateur que, con fetiches y estereotipos “para todos los gustos”, pueden encontrarse (sin mucho problema) de venta en la calle.



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