Cultura de la muerte: se registraron 22 linchamientos en cinco años en Bolivia

Milton Condori
Brújula Digital |26|11|18

El país se vio conmocionado la semana pasada tras el linchamiento de tres personas, una en San Julián, Santa Cruz, y dos en Uncía, departamento de Potosí. En el primer caso, un hombre fue colgado tras ser acusado de haber intentado robar a una pareja de empresarios soyeros. En Uncía, dos jóvenes de 17 y 19 años, acusados de haber robado un vehículo, fueron linchados después de que el gentío sobrepasó a la fuerza policial.

Estos tres casos hacen que en los últimos cinco años por lo menos 22 personas hayan sufrido ese destino, convirtiendo a Bolivia en una de las naciones con mayor índice de linchamientos de la región.

En unos 28 casos adicionales se registraron intentos de linchamiento, pero afortunadamente, a veces por la acción de la Policía, las personas no fueron asesinadas.

El peor año fue 2014, con 10 linchamientos, y mientras entre 2015 y 2018 se produjeron tres cada año. Las autoridades no consiguen frenar este fenómeno, ni mucho menos hallar a los culpables.

Ante esta situación, la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, Amparo Carvajal, señaló que este tipo de actos no son cometidos por personas, sino por animales: “estoy horrorizada por esta situación de barbarie. Estos actos son actos de animales”. Asimismo, resalta que la llamada “justicia comunitaria” es solo un eufemismo para justificar asesinatos en comunidades.

También señaló que se cometen ese tipo de “justicia” sin tener pruebas, es decir que los condenan a muerte por supuestos.

“Cuando estaba trabajando en provincia, recuerdo que una mañana llegué a la plaza y me di cuenta que habían colgado a dos borrachos sin justificación alguna. Sabes, eso es consecuencia de no tener presencia del Estado”, expresó.

Estos enjuiciamientos por mano de comunarios tienen un patrón en común: primero, se atrapa a algún supuesto delincuente; segundo, una multitud de hombres y mujeres enardecidos aplican una versión errada de “justicia comunitaria”; por último, son asesinados.

Entre los casos más notorios están los que se produjeron el 11 de febrero de 2014, cuando una turba de comunarios de Sica Sica, La Paz, apedreó a un hombre de 41 años por problemas de propiedad de terrenos.

Asimismo, el 8 de julio del mismo año, pobladores de la provincia Pacajes quemaron vivos a supuestos ladrones de ganado. Mientras tanto, en abril de 2016, fue un hombre que padecía esquizofrenia en El Alto. Ocho meses más tarde, en Beni, fue quemado vivo el supuesto violador de una menor.