286 niños y niñas viven en cárceles mixtas o de hombres en el país

Brújula Digital |27|2|19|

Pese a los esfuerzos realizados hasta ahora y los intentos de organismos internacionales de eliminar esta práctica, en las cárceles de hombres o mixtas de Bolivia todavía viven 286 niños y niñas, que conviven con el resto de la población carcelaria, según un informe de la Defensoría del Pueblo.

De ellos, 173 viven el penal de San Pedro de La Paz y 113 en centros penitenciarios mixtos. 

Otros 112 niños viven en cárceles solo de mujeres, para hacer un total de 374 menores viviendo al interior de los penales.

Las recomendaciones internacionales señalan que debe intentar hacer todo lo posible por no tener niños en los penales, pero especialmente que ello debe ser prohibido en cárceles de hombres.

La situación ha mejorado paulatinamente, pero no ha podido ser resuelta. El viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, informó el año pasado que un total de 615 menores vivían en las cárceles, de los cuales 420 estaban en penitenciarias de La Paz. En 2015 se estima que había casi 1.000 niños en los penales.

Ello coloca a los chicos y chicas en un ambiente violento y peligroso, inadecuado para su desarrollo físico y psicológico. Los padres de familia, sin embargo, prefieren estar con sus hijos por varias razones, como no tener familiares con quien dejarlos o intentar por esa vía lograr una reducción de sentencia.

En el pasado han muerto niños y niñas que vivían en las cárceles bolivianas, ya sea de enfermedades (hubo un caso de meningitis) o a causa de golpizas o violaciones. En 2013 se registró el sonado caso de dos niñas que eran violadas durante años por su tío, padre y padrino; una de ellas resultó embarazada.

Ramiro Llanos, exdirector de penitenciarías, señaló en una declaración anterior que “los menores no tienen ninguna protección y comparten el espacio con ladrones, asesinos, violadores, pandilleros y narcotraficantes. Son testigos del consumo de alcohol y drogas y también de la violencia que reina en esos lugares”.

En el informe presentado por la Defensoría del Pueblo sobre la situación de 19 cárceles de Bolivia se destaca que un policía tiene que vigilar a 23 detenidos y un médico debe atender un promedio de 410 internos, informó Susana Salinas, funcionaria de la Defensoría del Pueblo.

El hacinamiento es uno de los principales problemas de los penales. Hasta mayo de 2018, cuando se hizo el trabajo de campo de la Defensoría, el hacinamiento era de más de 320%: los espacios estaban diseñados para 5.677 detenidos, y en los penales había más de 18.000.