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Reportajes | 12/10/2018

Especialistas crean tres nuevas variedades de papa fortificada, cinco veces más nutritiva que las tradicionales

Especialistas crean tres nuevas variedades de papa fortificada, cinco veces más nutritiva que las tradicionales

Un proyecto de Visión Mundial logró el registro de tres nuevas variedades de papa.

Maite Lemus Medina
Brújula Digital |12|10|18|

Diversos especialistas trabajaron durante cinco años en la implementación de la producción de tres variedades de papa biofortificada, con el objetivo de mejorar las condiciones de alimentación del país y reducir la desnutrición crónica de niños menores de dos años, sobre todo en la zona del altiplano. La desnutrición ocasiona que la persona tenga talla baja y que el cerebro no se desarrolle completamente.

Estas papas biofortificadas son cinco veces más nutritivas que las otras porque tienen cantidades elevadas de hierro y zinc.

Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), el consumo de micronutrientes, como vitaminas y minerales (hierro y zinc), son imprescindibles para las funciones orgánicas y para la prevención de anemia en los niños y niñas menores de dos años.

Además, las semillas de estas papas son más productivas. Las papas tradicionales dan entre ocho y diez toneladas por hectárea mientras estas nuevas variedades producen entre 15 y 20 toneladas.

Bolivia ocupa el primer lugar en las Américas en desnutrición crónica, informó recientemente la OMS. El 19,8% de las personas no se alimenta suficientemente en el país.

Para biofortificar la papa, primero se la cultiva en un invernadero y a partir del tercer año se la lleva a parcelas en campo abierto. En ese momento, se hizo un seguimiento con el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) que es el único que puede registrar variedades nuevas de papa en Bolivia.

Las tres nuevas variedades de papa biofortificada son tunante, jacha y tani, contó a Brújula Digital Marco Laura, coordinador del proyecto Seguridad Alimentaria frente al Cambio Climático (SACC), financiado por Visión Mundial. A lo largo de los cinco años del proyecto, se invirtieron más de 10 millones de dólares.

“En abril de este año se pudo lograr el registro de tres variedades nuevas de papa biofortificada”, explicó, pero el hecho fue dado a conocer solo hace unas semanas.

Laura agregó que la condición que se debe cumplir para registrar una variedad nueva de papa, es que sea uniforme, tolere las condiciones del clima y que tenga el mismo ciclo vegetativo, es decir, que la papa cumpla 90 días desde que se la siembra hasta que se la cosecha.

El INIAF valora y determina todas estas condiciones para que pueda ser considerada una variedad nueva.

Visión Mundial Suiza y la Organización de Productores Agropecuarios Originarios Ecológicos Sacaca-Chayanta (ORPOSACHA), trabajaron durante cinco años con la implementación de la producción de estas variedades y gracias al convenio con el Centro de Internacional de la Papa (CIP) se obtuvieron plántulas in vitro para su posterior adaptación.

Municipios de Oruro y Potosí

Laura dijo que 4.000 plantitas con las nuevas variedades han sido entregadas a ocho municipios de Potosí y Oruro, en los que la desnutrición es más severa.

El coordinador destacó que estas tres nuevas variedades son las únicas registradas en Bolivia. “Nosotros como Visión Mundial Bolivia queremos que todas las familias del país tengan acceso a este tipo de alimento, entonces las papas fueron registradas para que puedan ser producidas y comercializadas libremente por todo boliviano”, señaló.

Teodosio Becerra, Investigador del grupo ORPOSACHA y experto en seguimiento en la producción de papa, explicó que las tres variedades de papa son resistentes y tolerantes a heladas, sequia, granizo, humedad, plagas y aspectos del cambio climático.

El registro y seguimiento en cada municipio fue designada a distintos productores e investigadores.

Becerra fue investigador del municipio de Chayanta: “Cada 15 días hemos registrado todo el proceso de producción de papa que se presentaba para que todo marchara bien”, dijo el investigador.

“Esa era la misión, se ha cumplido y logrado”, agregó el investigador con una sonrisa en el rostro.

Investigador Teodosio Becerra y las tres variedades de papa: tunante (izq.), tani tani (centro) y jacha.

Papillas y galletas

El próximo paso del proyecto es elaborar dos tipos de superalimentos para los menores de dos años. Laura explicó que la primera es el elaborar una papilla. “Vamos a proponer que esta papilla sea incluida en el subsidio de lactancia”, dijo.

La segunda propuesta es la elaboración de alimentos procesados, por ejemplo, granolas y galletas que puedan ser consumidos en el desayuno escolar.

“Lo que sí se tiene que hacer para cada municipio o distrito en el caso de La Paz, es un diagnóstico a través del Ministerio de Salud de todo el país para ver cuál es la edad precisa con mayor deficiencia de hierro en la edad escolar”, agregó Laura.



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