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Reportajes | 11/09/2018

Chipihuayco, la misteriosa cultura hallada por Boero Rojo, se refleja en un documental

Chipihuayco, la misteriosa cultura hallada por  Boero Rojo, se refleja en un documental

El museo de arqueología guarda las piezas halladas por Boero Rojo.

Brújula Digital, 11|09|18|
Maite Lemus

Cuando Hugo Boero Rojo investigaba en 1997 el significado del hallazgo de misteriosas piezas líticas arqueológicas halladas en el Sur de Potosí, se sobrevino el fallecimiento del reconocido investigador boliviano.

Por ello, hasta dónde llegó la investigación, no pudo identificar con exactitud el origen de las mismas y a qué cultura pertenecieron. Pero se cree que Boero Rojo encontró una nueva cultura precolombina, desconocida hasta entonces y poco estudiada después.

El hijo de Boero Rojo, Hugo Boero Kavlin, mencionó a Brújula Digital que luego de la muerte de su padre hizo “dos viajes más al lugar de la investigación y en el primero pude encontrar por mí mismo una pieza de esas clavada en el suelo de Chipihuayco”.

Boero Kavlin recuerda que siendo un adolescente y hasta tener 25 años acompañaba a su padre en sus investigaciones antropológicas y arqueológicas. Por eso decidió producir un documental que muestre parte de esas investigaciones. El trabajo fue exhibido la semana pasada.

Dijo que la tarea deel documental busca cumplir y mostrarse como testigo el hallazgo de estas piezas hasta el punto donde el investigador llegó. “No pudo terminar su trabajo de visibilizar la existencia de la zona de Chipihuayco, en Potosí, como un centro de manifestaciones culturales diferentes y desconocidas”, agregó.

Además, expresó que aún no se ha efectuado nuevos estudios por expertos en el tema para poder resolver y responder a qué origen, cultura, etc. pertenecieron. Aunque “mi padre llegó a identificar la zona como un asentamiento precolombino y además el sitio arqueológico es urbano”, añadió.

Mayores investigaciones

Boero Kavlin espera que con el documental se genere más preocupación e investigación al respecto. “La idea es que prevalezca el trabajo de campo para que se emitan opiniones pertinentes, para que los expertos se pronuncien y generen nuevo conocimiento”.

Las piezas arqueológicas líticas negras llegaron a ser una colección de 742, que después de la muerte de Boero Rojo están bajo el cuidado del museo nacional de arqueología.

Oswaldo Rivera Sundt, arqueólogo boliviano quien mantuvo una relación de amistad muy estrecha con Boero Rojo, dijo que el recordado investigador “era como un niño porque comenzaba sus actividades e investigaciones en broma, pero de pronto levantaba vuelo y empezaba a hacer las cosas en serio”. Lamenta todavía la muerte de Boero Rojo que fue “mucho antes de lo previsto”.

Boero Rojo falleció en 1997 a los 68 años y dejó una prolífica producción cultural en el país, la más conocida de ellas la denominada enciclopedia Bolivia Mágica, un libro que tuvo varias ediciones y que terminó con una versión de 900 páginas en tres tomos de gran formato y que cuenta con un índice temático, vistosas fotografías, textos escritos por Boero Rojo y numerosos especialistas.

El estudioso fue uno de los principales investigadores de la cultura boliviana de la segunda mitad del Siglo XX e hizo importantes aportes al conocimiento como “El Lago Sagrado” en el que salen a la luz sus descubrimientos de las ruinas arqueológicas subacuáticas en el Titicaca, y “La ciudadela de Iskanwaya”, entre otros aportes. El hijo del eminente investigador, contó que el libro que más le gusta de su padre es la Civilización Andina.

Además de Bolivia Mágica, Boero Rojo publicó varios libros. Por ejemplo, fue creador de una revista de análisis político en 1965, que fue cerrada en 1971. Por otro lado, como novelista, escribió en 15 días la novela llamada: “El valle del cuarto menguante” (1974) que ganó un premio nacional “Erich Guttentag”.

Boero Rojo también fue periodista, cineasta y docente universitario.

El documental fue producido por Hugo Boero Kavlin por tres motivos: “en homenaje y conmemoración a mi padre, por un tema social y patrimonial y por un tema personal”. El productor consideraba que el descubrimiento de las piezas líticas y una nueva cultura era algo pendiente que había dejado su padre y una obligación moral mostrar dicha investigación.

El filme fue dirigido por Angelino Jaimes y dura 25 minutos; fue recientemente exhibido en la Casa del Poeta, en La Paz.

Jaimes contó que el trabajo enfrentó muchas dificultades, pero a la que vez le dio enormes satisfacciones.

“Fue bastante conflictivo dirigir el audiovisual porque de arqueología no sabía nada. Hace dos meses teníamos que haber terminado el documental. Sin embargo, iban apareciendo más fotografías en distintos momentos y se realizó durante tres años”, dijo.

Boero Kavlin afirmó que Boero Rojo, su padre, fue una persona sistemática y disciplinada en hacer las cosas ya que pensaba que escribir es un oficio de todos los días y con una capacidad amplia en realizar las cosas.

“Mi padre siempre me transmitía conocimiento y me daba bola” dijo. Además, lo recuerda como una persona abierta, extrovertida y simpática con la gente.



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