Bruějula Digital 1000px x 155px
Bruějula Digital 1000px x 155px
Política | 16/11/2018

Sólo tres opciones tienen chances reales de disputar la preferencia electoral en 2019

Sólo tres opciones tienen chances reales de disputar la preferencia electoral en 2019

Mesa, Morales y Doria Medina.

Hernán Terrazas (Análisis)
Brújula Digital |16|11|18

Carlos Mesa no hará más alianzas para ir a las elecciones, entre otras cosas porque el resto de las organizaciones políticas, que debatieron un esquema de unidad, pusieron una larga lista de condiciones que hubieran transformado esos acuerdos en una réplica de los pactos por cuotas y pegas que se hacían antes. Si la decisión fue correcta o no, si en verdad sintoniza con las expectativas de la gente, eso es algo que se verá de aquí a casi un año.

Por lo pronto el escenario parece haberse aclarado. Hay tres bloques bastante diferenciados en la carrera electoral: el del MAS, que no ofrece mayores dudas porque seguramente estará encabezado por los actuales presidente y vicepresidente del Estado –si la Corte Interamericana de Justicia no falla en su contra, claro–, el de Carlos Mesa, que incorpora a medio centenar de plataformas ciudadanas y a SOL.BO, el partido del alcalde de La Paz, Luis Revilla; y el de Samuel Doria Medina, que repite fórmula con Unidad Demócrata Social de Santa Cruz.

Puestos a diferenciar ideológicamente estas tres tendencias, puede afirmarse que la de Morales y el MAS representa la continuidad de un populismo –no la izquierda en un sentido clásico– que paradójicamente basó su éxito en el de los empresarios locales beneficiarios de una inmejorable coyuntura internacional de precios de las materias primas.

La supuesta nacionalización, que en realidad no fue más que un aumento de impuestos, hubiera puesto de rodillas al gobierno si no se hubiera registrado el ciclo de los altos precios internacionales. También hubiera borrado –el término no es excesivo– buena parte de los ingresos que le permitieron jugar a benefactor con bonos a diestra y siniestra, dobles aguinaldos y demás beneficios sobre los que construyó su reputación el famoso modelo de socialismo comunitario.

Ahora que las cosas han cambiado, que los precios no son los de antes, que los mercados ya no demandan y que los pozos ya no producen, las condiciones serán mucho más difíciles y la teoría tropezará cotidianamente con noticias como las de Argentina, por ejemplo, que ya no quiere comprar los mismos volúmenes de gas y al mismo precio, sencillamente porque no le conviene y porque su gobierno es más pragmático que solidario ideológicamente con el de Evo Morales.

En la marquesina de la información global, una de las principales noticias de la semana fue la brusca caída de los precios del petróleo –referencia del gas– debido a las presiones que ejerce el gobierno de Estados Unidos para que no disminuyan los actuales niveles de producción. Esos son factores que no se controlan, fuerzas ajenas a la voluntad de éste o aquel país, o a las necesidades de un liderazgo.

El mundo no es el mismo que hace 12 años y Evo Morales lo sabe. De ahí tal vez que en sus últimas intervenciones haya mencionado por primera vez las palabras “perder” o “derrota”, que no habían figurado en su vocabulario desde que llegó al gobierno por primera vez el 22 de enero de 2006.

El espacio que ahora ocupa Mesa, el del centro según las teorías políticas que dividen los escenarios en parcelas ideológicas, puede nutrir un proyecto que represente a más del 60% de la población, sencillamente porque durante la última década la clase media creció hasta llegar a unos 6,5 millones de personas.

Este cambio no es solo de número, sino también cualitativo, porque las clases medias, que no se caracterizaban antes por su capacidad de movilización y su motivación política, de pronto se transformaron en actores públicos a través de las plataformas ciudadanas que defendieron y aun defienden los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016 y muy posiblemente en quienes diriman una elección cerrada y polarizada como la que se avecina.

En el otro extremo del espectro aparece un proyecto con una fuerte raíz regional, como el que agrupa a Unidad Nacional (UN) y el Movimiento Demócrata Social (MDS), llamado a representar a quienes, en determinado período, enarbolaron las banderas autonomistas de la Media Luna y a sectores más bien conservadores de la sociedad.

En las encuestas más recientes, Samuel Doria Medina es el que cuenta con mayor intención de voto en Tarija y Rubén Costas encabeza, en Santa Cruz (IPSOS, octubre, 2018). Esas dos regiones serían la base que sustentaría el proyecto UN-MDS y desde ahí podrían avanzar hacia regiones como Beni y Chuquisaca, que en algún momento formaron parte de un esquema opositor.

A casi un año de las elecciones y salvo eventos drásticos, como podría ser la inhabilitación de la candidatura Morales/García Linera por parte del Tribunal Supremo Electoral o la de Carlos Mesa, por la investigación es en torno a los supuestos sobornos de la empresa brasileña Camargo Correa, hay suficientes elementos como para considerar que la mesa de la oferta política está servida y que son tres las opciones en torno a las cuales se definirá la preferencia de los electores.



FIE-BANNER--BRUJULA-DIGITAL-1000X155-PX_1
FIE-BANNER--BRUJULA-DIGITAL-1000X155-PX_1


GIF 2 vision-sostenible-gif-ok
GIF 2 vision-sostenible-gif-ok
bk-cuadrado
bk-cuadrado