“Amnistía” de Evo a Mesa y Tuto implica un hito político y un cambio en el estilo gubernamental

Brújula Digital, 27|9|18
Raúl Peñaranda U.

La “amnistía” que el presidente Evo Morales otorgó este jueves a los expresidentes Carlos Mesa y Jorge Tuto Quiroga implica un cambio en su estilo de gobernar y procura ingresar en el próximo período preelectoral con una imagen de mayor tolerancia y moderación.

Los estudios de medición de opinión pública que desarrolla el Gobierno indican que para que el presidente Morales mejore su débil posición electoral actual, necesita dejar la agresividad y tratar de ganar el voto de los indecisos mediante una imagen de mayor prudencia.

Este jueves, de manera inesperada, el Presidente dijo que “he tomado la decisión de que ningún expresidente, salvo acusaciones de delito de lesa humanidad y genocidio, tengan procesos judiciales pendientes que entorpezcan las nuevas actividades internas y externas de defensa y negociación de nuestro derecho marítimo”, en la Casa Grande del Pueblo.

Las reacciones no se dejaron esperar. El expresidente Mesa dijo en un tuit que valora la decisión del Presidente, pero que no acepta la “presunción de culpabilidad” que se desprende de la decisión de Morales.

“Aprecio el gesto del Presidente. Pero no acepto la presunción de culpabilidad. En el caso Quiborax no solo no tengo responsabilidad alguna, soy yo quien acusa a los verdaderos culpables. Finalmente, el juicio no ha sido siquiera considerado por la Asamblea Legislativa Plurinacional”, dijo Mesa en su mensaje de Twitter.

Tuto no había opinado hasta el mediodía sobre este asunto.

El diputado opositor Rafael Quispe, por su parte, hizo notar que no puede haber “amnistía” en este caso, porque Mesa y Quiroga fueron acusados de daño económico al Estado. Según ANF, calificó la medida como de corte “político” y motivada por el tema marítimo.

El jefe de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, también terció en el asunto y negó que en este caso pueda haber un perdón judicial: “Bien la amnistía para dos expresidentes, aunque el término no cabe exactamente, eran casos de persecución política, se ha reparado esa injusticia. La decisión debe extenderse a los perseguidos políticos en el país y los que están fuera”, expresó en un tuit.

Especialistas dijeron este jueves que las acusaciones contra los dos expresidentes eran infundadas. En primer lugar, la de los “petrocontratos”, dirigida contra Quiroga, se basaba en supuesto daño económico al Estado por haber permitido la exploración del campo Aquío-Incahuasi. Sin embargo, el campo ya produce gas y el propio presidente Morales ha destacado, como si fuera un éxito suyo, el inicio de operaciones del mismo.

Y la acusación orientada contra Carlos Mesa, el caso Quiborax, en realidad terminó demostrando la defectuosa defensa nacional que hizo el Gobierno, a través del actual ministro de Justicia, Héctor Arce, sobre el caso. Entre otros, Arce no aceptó pagar tres millones de dólares por indemnización a la empresa chilena, pero años después el Estado terminó erogando 42,6 millones de dólares. Además, una de las funcionarias de Arce les prestó su computadora a los abogados de la parte contraria.

De todos modos, la medida del presidente Morales cambia el escenario político en dos asuntos principales: uno, parece ser que descarta por completo la versión de que Mesa podría ser inhabilitado como candidato, si es que acepta en primera instancia tomar esa decisión; dos, abre la posibilidad de que Morales, en el futuro, les ofrezca a los expresidentes alguna participación en la negociación post-Haya.

El Primer Mandatario expresó: “tomé esta decisión (…) y lo hago sin solicitar a los expresidentes beneficios personales (…) a cambio, solo que defiendan a Bolivia, a nuestro pueblo y a nuestro derecho a una salida soberana al océano Pacífico, con todas sus energías, con todo su corazón y capacidad intelectual”.

Ello podría entenderse como una velada invitación a que Mesa siga teniendo un rol activo en la demanda marítima y, así, posiblemente, evitar que tome la decisión de candidatear. Encuestas electorales colocan a Mesa con posibilidades de ganar las elecciones tanto en primera como en segunda vuelta en los comicios de 2019.

El 1 de octubre, tras conocerse el fallo de La Haya, empezará a perfilarse cómo Bolivia encarará la fase post-Haya. Si el fallo es favorable, de alguna manera, a Bolivia, lo que indicará es que Chile estará obligado a negociar algún tipo de solución, y ello requerirá un largo proceso de acercamiento y diálogo.