Todos los días tenemos algo de Jhiery Fernández

Primero, tratamos de subsanar un mal cometiendo otra ilegalidad. Me contaron que la destitución de la juez Patricia Pacajes es otra ilegalidad porque no se están cumpliendo los procedimientos. Claro, ella merece que la echen, pero ¿no será que deberíamos manejar las cosas con legalidad?

No digo que se burocratice y nos olvidemos del tema. Pero en algún momento, los bolivianos nos daremos cuenta que una ilegalidad no se subsana con otra ilegalidad. No defiendo a la señora Pacajes; además no la entenderé. Un día pide “garantías para su vida” y al día siguiente quiere suicidarse. Debe estar pasando por momentos terribles, claro, nada comparado con 20 años de cárcel del inocente al que mandó preso, el médico Jhiery Fernández. Tampoco digo que Fernández sea un inocente, no lo voy a juzgar, la Justicia determinará aunque ya lo condenó.

Esta mañana escuché una entrevista con el forense del IDIF y un fiscal. La hizo el periodista Pastén, de RTP. Hubo ciertas cosas que me llamaron la atención. Ellos afirmaron que no fue un forense quien dijo que había violación, sino cuatro médicos miembros de este grupo que ahora están defendiendo a Fernández. Ellos confirmaron la violación del bebé Alexander con términos duros.

Encontraron rastros en el bebé Alexander que sólo un hombre puede dejar y no tenía otros rastros porque lavaron al bebé. Era obvio que debían hacerlo en la primera instancia porque estaba sangrando y ahí se perdieron pruebas. Cuando murió el bebé también lo volvieron a lavar. Creo que no debían tocar el cadáver porque debía ser revisado por los forenses. Hay cuatro médicos que dijeron que hubo violación. ¿La pregunta es quién violó? Sólo había dos varones, uno que demostró que estaba con su familia y otro solo. Entonces la presunción violenta es el que estaba solo.

¿Hay una prueba para condenar al médico Fernández? No soy juez pero creo que hay dudas razonables.

Mario Espinoza O. es periodista

Tomado del programa De Nueve a 12, radio compañera, 24|9|18