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17/02/2019
Tinku Verbal

Sólo los mejores deben ser profesores

Andrés Gómez V.
Andrés Gómez V.

Estoy seguro de que alguna vez escuchaste esta frase: “Ya que no pudiste entrar a la universidad, ándate a la normal”. O esta otra: “Si no puedes ser ingeniero o doctor, al menos tienes que ser profesor”. En Pocoata, mi pueblo, había una frase que de tanto repetirse se volvió clásica: “Chajra maestrollapis qay (al menos sé profesor rural)”. En otras palabras, estaba destinado a ser maestro quien había fracasado en todo lado.

Las “sentencias populares” señaladas connotan, con algo de exageración, el menosprecio a la profesión de maestro, cuando debía ser la más valorada porque en sus manos depositamos, en gran medida, el futuro de nuestras hijas e hijos; en consecuencia, entregamos el futuro de Bolivia.

Escribo la segunda parte de mi artículo: “La desigualdad comienza en la escuela”, publicado el pasado domingo, después que dos lectores del Tinku Verbal intercambiaron ideas en mi muro de Facebook.

“Estoy de acuerdo, Andrés, con tu planteamiento; pero para ello, tenemos que intervenir en las normales, donde se forman los maestros y que cada vez más, están peor”, opinó Fernando Cisneros del Carpio.

“Fernando, en 1999 lo hicimos, luego de hacer un estudio de evaluación de cada una. Pusimos las normales bajo administración de universidades seleccionadas por concurso. Hubo una extraordinaria mejora, pero lamentablemente el 2003 el Ministerio de Educación dio marcha atrás y devolvió las normales a las federaciones del magisterio”, respondió Amalia Anaya, exministra de Educación.

Fernando y Amalia urgen ocuparnos de los profesores, en vista de que el cemento no enseña, sino los recursos humanos. ¿Cuál la ruta? Sugiero que aprendamos de Finlandia y elevemos a su real jerarquía la profesión de maestro. Para ello, debemos asumir como política de Estado que los 10 mejores alumnos de cada promoción deben tener prioridad para ingresar a las normales. Me refiero a los que rondan o alcanzaron los 100 puntos en la escala de calificación.

¿Por qué los mejores? Pues, ¿acaso no buscamos al mejor albañil para hacer nuestra casa? ¿Acaso no buscamos al mejor yatiri para que adivine nuestra suerte? ¿Acaso no vamos donde el mejor médico para curarnos? Con mayor razón debemos formar como maestros a los mejores bachilleres porque se trata de los recursos humanos que después gobernarán nuestras vidas desde diferentes instancias estatales y privadas. 

Salvo excepciones honrosas, lo que un estudiante es en el colegio, es en la universidad (o normal) y en el ejercicio de su profesión. Si es mediocre como colegial, es muy probable que sea mediocre como normalista o universitario.

Bueno, si estás pensando que esta propuesta es discriminatoria, ten en cuenta que hay un bien mayor: el bienestar y la felicidad de los seres humanos que habitamos esta parte de la Tierra. Y como sostiene el filósofo HCF Mansilla: No hay recetas para desarrollar un país, pero la educación puede ser una buena base para cambiar las cosas como lo fue en los países escandinavos, Corea del Sur y Singapur.

Sea cual fuere la situación, los mejores bachilleres buscarán profesiones bien remuneradas, lo que nos obliga a pensar en un buen salario de arranque para un profesor. Si un asambleísta neófito que contribuye poco o nada al país tiene un sueldazo, un profesor debería comenzar el ejercicio de su profesión mínimamente con 5.000 bolivianos.

Para evitar que los excelentes maestros se duerman en sus laureles, como algunos docentes titulares de las universidades públicas, deberán rendir exámenes de alta exigencia cada determinado tiempo.

El día que tengamos a los excelentes ejerciendo como maestros en las escuelas y colegios de Bolivia, habremos dado el salto para que la igualdad de oportunidades comience, realmente, en la escuela. Entonces, los mismos profesores se sentirán más a gusto y serán más abiertos a la libre competencia porque estarán seguros de ser excelentes.

Y la frase: “Ya que no pudiste entrar a la universidad, ándate a la normal de maestros”, mutará a otra: “eres el mejor, debes ser profesor”.

Andrés Gómez Vela es periodista.



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