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02/12/2018
Tinku Verbal

Primarias, “Día del despilfarro Plurinacional”

Andrés Gómez V.
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Al presidente Evo Morales le gusta presentarse como el gobernante más humilde del mundo y como el que recibe menos salario mensual: 3.523 dólares (24.661 bolivianos). La cooperación y los organismos internacionales le creen, supongo que por eso lo aplauden casi por todo. Lo cierto, el jefe de los masistas nos cuesta muy caro a los bolivianos.
Por ahora, sólo voy a sumar la cantidad de dinero que gastó en sus caprichos electorales armados para cubrir con un celofán democrático su ser totalitario.

Un día, de pronto se le ocurrió consultar al pueblo si era “querido”. Para algo tan fútil, podía haber mandado a hacer una encuesta con su dinero, pero decidió disponer del nuestro: 153 millones de bolivianos. En realidad, su fin era cambiar, el artículo 168 de la Constitución y encorcharse en el poder.

La mayoría del pueblo dijo que no lo quiere y le ordenó que se vaya a su casa el 22 de enero de 2020. Ante la orden, Morales lloró y respondió que le vale un carajo tu opinión y que se quedará, sin tu consentimiento, en Palacio porque ya se acostumbró (como confesó después).

153 mil millones de bolivianos (21.857.142 dólares), al inodoro.

También fue su idea tirar dinero en las elecciones judiciales para dar al pueblo la sensación, sólo la sensación, de que eligió a los magistrados, cuando éstos ya habían sido elegidos por los masistas en el Parlamento. Las primeras judiciales, realizadas el 2011, nos costaron 100 millones de bolivianos; las del año pasado, 125.006.375 bolivianos 

Pero el pueblo no es tonto, en ambos casos respondió con el voto nulo y blanco. ¿Fueron útiles esas elecciones? No. La justicia atraviesa hoy su peor crisis de los últimos 500 años y no hay solución a la vista mientras el masismo siga en el poder.

En los primeros años, ir a las urnas parecía útil y hasta emocionante, como sucedió en 2009, cuando nos convocaron, a través de un referendo, a aprobar la nueva Constitución. La consulta nos costó 78.977.701 bolivianos. Tiempo después nos asaltó una interrogante: ¿para qué hemos gastado tanto dinero si los promotores violan la Constitución cuando quieren con la ayuda de sus magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional?

Se aproxima otro despilfarro. Otra vez para satisfacer la ambición de Morales. El gobierno aprobó, en coordinación con los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), elecciones primarias con el objetivo de profundizar la democracia interna de los partidos, tal y como prescribe la Ley de Organizaciones Políticas (LOP). 

Registrados los candidatos en el TSE, no se justifican las primarias porque no profundiza la democracia interna de los partidos y porque es imposible elegir de una sola opción. El voto sirve cuando mínimamente hay dos alternativas. 

¿Qué raro que los proyectistas de la LOP no hayan incluido un artículo que suspenda las primarias cuando un partido registre un solo binomio? No lo hicieron porque el objetivo es “legitimar” a los candidatos masistas inhabilitados por la Constitución y un referendo.

El capricho de Morales nos costará 27 millones de bolivianos sin contar con el presupuesto adicional para otros gastos, entre ellos: la impresión de papeletas.

¿Vamos a permitir otro despilfarro? En principio, solicito a los asambleístas aprobar una ley de reforma para anular las primarias este año. En caso de que los masistas se nieguen, sugiero a los militantes no ir a las urnas el 27 de enero para no ser cómplices. El voto no es obligatorio y no merecen ser vistos como tontos, eligiendo binomios ya elegidos.

Suficiente que asistan tres electores. El artículo 29, numeral X, de la LOP estipula que “el binomio será elegido por mayoría simple de votos de su militancia”.

Si los militantes conscientes no se suman al derroche, sólo los masistas aparecerán, en el escaparate de la vergüenza, malgastando nuestro dinero que tanta falta hace, por ejemplo, a los enfermos con cáncer. Entonces, como le gusta al “hermano presidente”, el 27 de enero puede ser bautizado como “El Día del Despilfarro Plurinacional”.

Señoras y señores de la comunidad internacional, ¿vieron? No es el gobernante humilde que ustedes creen. Hasta ahora ya derrochó en sus ambiciones 378 millones de bolivianos (54.857.142 dólares). Con los 27 millones programados, la dilapidación sumará 405 millones de bolivianos. ¿Qué siempre hemos hecho para merecer esto? ¿Lo vamos a permitir?

Andrés Gómez Vela es periodista.



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