Perdiendo los juicios

Como un balde de agua fría cayó la decisión de la Corte Internacional de la Haya, que se basa en la idea de que Chile no está obligada a sentarse en una mesa de negociación con Bolivia por una salida al Océano Pacífico. Sintomáticamente, a la hora de escuchar fallo, el lunes, en un colegio del centro paceño la decisión de la Corte era acompañada por las notas del himno nacional de nuestro país. Qué herida, qué dolor, se nos quitó el aliento por unos momentos en medio de una rabia por haber perdido ese juicio internacional.
Pero no solo perdimos ese juicio y seguiremos perdiendo otros si no aprendemos lecciones.

Se perdió el juicio al alentar de manera desmedida esperanzas de un retorno al mar. Perdieron el juicio al decir que estábamos cerca del mar en un afán de sacar un rédito político al tema. Basta solo imaginar lo que se venía si el fallo hubiera salido a nuestro favor. No queda duda que este tema hubiera sido ­pieza de campaña electoral para las elecciones de 2019 con realidades aumentadas.

Perderían el juicio, de igual manera, si quienes están en contra del Gobierno aprovechan este hecho para defenestrarlo con equivalente intención política y electoral.

Se perdió el juicio cuando las autoridades viajaron seguras de retornar, tal si fueran equipo de futbol (con algunos hinchas incluidos a manera de invitados), portando la copa sin estar seguros de si se ganaría el torneo.

Por otro lado, sería perder el juicio si no reconocemos que Evo Morales y su Gobierno fueron los que llevaron a Chile al juicio en La Haya, que fue un buen intento, aunque el resultado no fuera el esperado, debiendo también reconocer, sin perder el buen juicio, el trabajo de anteriores gobiernos que con sus acciones sembraron el fundamento que Bolivia llevó a La Haya, presentándolo como derecho expectaticio (promesas no cumplidas).

Perdimos el juicio en La Haya y esta derrota no es solo legal, es también diplomática, es una derrota moral y seguiremos perdiendo juicios si no dejamos de pensar en deudas históricas y si no desechamos seguir inculcando enemistades con Chile en vez de promover el desarrollo nacional en el marco de la buena vecindad continental, anteponiendo el tema del mar, que de todos modos no debemos nunca olvidar.

Perderemos el juicio también al pensar que quedó enterrada la aspiración boliviana y no pensamos en nuevas maneras de poder tener una salida al Pacífico.

Hay quienes se alegran por esta decisión de la Corte de La Haya solo por el hecho de que es un duro golpe para el gobierno de Evo Morales (respirando 21F, soberbias y mentiras); con esto se pierde el juicio porque dejarse llevar por el latido de los corazones políticos, demandas ideológicas y otras exigencias justas, pero que no tienen nada que ver con el sueño boliviano de retornar al mar, no piensan en que el fracaso lo ha tenido el Estado boliviano, un juicio en que todos hemos perdido.

No perdamos más juicios.

John Arandia es periodista y ejerce periodismo de opinión.