Angela Merkel renunció a la jefatura de su partido y no irá a una nueva reelección

Brújula Digital |29|10|18
La jefa de gobierno alemana Angela Merkel decidió detener su carrera política y anunció que no buscará ser reelecta presidenta de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y tampoco competirá para ser nuevamente canciller en 2021. Empezó a gobernar Alemania en 2005.

Merkel, que lideró el partido desde 2000, había propuesto que la misma persona que ocupa el cargo de jefe de gobierno (canciller) debía además liderar el partido, pero la aplastante derrota en las elecciones del domingo pasado en los estados de Hesse y Baviera terminaron con sus aspiraciones políticas.

Considerada como una de las mujeres de la política más importantes de mundo, la autoridad dijo asumir “toda la responsabilidad” de la derrota vivida por su partido, CDU, el fin de semana.

La licenciada en física se convirtió en la primera mujer en dirigir ese partido, de tendencia conservadora, y luego se convirtió en una de las voces más importantes e influyentes del mundo. Fue elegida como líder de su partido en cuatro ocasiones y se convirtió en la voz de Europa ante el resto del mundo.

El domingo, los dos grandes partidos alemanes, la CDU y el SPD (socialdemócrata), sufrieron un descalabro sobre todo en Hesse, el quinto estado más rico del país. Las urnas otorgaron en resonante triunfo a Los Verdes, que duplican su fuerza y se convierten en un grupo indispensable para formar el gobierno de la región.

Por otra parte, la ultraderecha logró entrar en el único Parlamento regional que le quedaba por conquistar.

Los problemas para Merkel empezaron en septiembre de 2017, cuando se produjeron las elecciones generales en ese país. Merkel logró una nueva victoria en ese momento, pero al mismo tiempo obtuvo el peor resultado de su partido en décadas.

En ese momento, los ultraderechistas del partido AfD obtuvieron representación en el Parlamento por primera vez en su corta historia y con unos resultados incluso mejores que los que les daban la mayoría de los sondeos. 

En ese entonces el SPD, aliado de Merkel, cayó al 20,5%, más de cinco puntos por debajo de las anteriores generales y el peor resultado de la historia de esa formación.